El Wall Street Journal informa que Washington podría usar el intercambio de inteligencia como medio de presión política sobre Kiev. Según la publicación, el objetivo de esta estrategia es presionar a Ucrania a un acuerdo que podría resultarle desventajoso.
Desde los primeros meses de la guerra, Estados Unidos suministró activamente inteligencia a Ucrania, incluyendo acceso a imágenes satelitales comerciales adquiridas por el gobierno estadounidense. Esta información fue clave en la planificación de operaciones militares y la defensa del territorio ucraniano.
Sin embargo, en febrero, tras la reunión de Volodymyr Zelenskyy con Donald Trump en la Casa Blanca, que culminó en una disputa pública, la situación cambió drásticamente. Ya a principios de marzo, el director de la CIA, John Ratcliffe, suspendió temporalmente la transferencia de inteligencia a Kiev.
El intercambio se reanudó aproximadamente una semana después, pero según el WSJ, las relaciones entre las agencias de inteligencia estadounidenses y ucranianas se han deteriorado significativamente. Esto indica que un recurso tan importante como la información de inteligencia puede convertirse en un elemento de negociación política y utilizarse para ejercer presión.
Para Ucrania, tal dependencia crea riesgos adicionales: en el contexto de una guerra en curso, la pérdida de acceso a los datos estadounidenses podría debilitar significativamente las capacidades de defensa del país.