En Kiev, agentes del Servicio de Seguridad de Ucrania, junto con la Policía Nacional, detuvieron a un agente del FSB ruso que planeaba incendiar el edificio del Instituto Ucraniano de la Memoria Nacional. El servicio de prensa del SBU informó al respecto.
Según la investigación, el atacante compró una botella de cinco litros de gasolina y pretendía colarse en las instalaciones del instituto por la noche. Siguiendo las instrucciones de los responsables rusos, debía verter gasolina en la ventana del edificio, prenderle fuego y grabar el incendio con su teléfono.
Los servicios de inteligencia rusos pretendían utilizar este vídeo en operaciones de información para crear la impresión de la supuesta presencia de una resistencia clandestina pro-Kremlin en Kiev.
El SBU descubrió la conspiración a tiempo y detuvo al agente en un albergue cercano al instituto, donde se había detenido para observar las instalaciones y elegir un "momento conveniente" para el incendio.
Los investigadores determinaron que el autor era un joven de 20 años residente de Vinnytsia. El FSB lo detectó mientras buscaba dinero fácil en canales de Telegram. Tras ser reclutado, el hombre realizó una prueba: incendió un vehículo de las Fuerzas de Defensa en su ciudad, tras lo cual recibió una nueva misión en la capital.
Durante los registros, se le incautó un teléfono inteligente que contenía pruebas de cooperación con los servicios especiales rusos. Las investigaciones continúan.

