Licitaciones millonarias con precios inflados, "almas muertas" en los estados y cortes de red constantes. En vísperas de la nueva temporada de calefacción, la principal pregunta para los residentes de Kiev es simple: ¿habrá calefacción en sus hogares? La Policía Nacional está registrando indicios de tramas de corrupción en la empresa Kyivteploenergo (KTE), desde posibles recortes presupuestarios hasta el pago de salarios a empleados inexistentes. En este contexto, los ataques rusos a infraestructuras críticas solo aumentan la ansiedad.
KTE es el mayor productor de calor y electricidad de Ucrania y el único proveedor de calefacción para el parque inmobiliario de la capital. La estructura de la empresa incluye las centrales de cogeneración 5 y 6, la planta de incineración de residuos de Energia, Kyiv Heat Networks, cuatro plantas de calefacción, 19 estaciones de bombeo, 185 salas de calderas y casi 3000 km de redes principales y de distribución.
Las averías en la red son habituales: las calles se convierten en ríos hirvientes, las casas se quedan sin calefacción ni agua caliente. En 2018, el vicealcalde Petro Panteleyev admitió que hasta el 80% de las redes de calefacción de Kiev se encontraban en estado de emergencia.
En realidad, KTE solo rinde cuentas a la Administración Estatal de la Ciudad de Kyiv y actúa con autonomía: establece tarifas, realiza compras y ordena inspecciones de forma independiente. Según el diputado Oleksiy Kucherenko, el control estatal externo sobre el estado de las redes se desmanteló por iniciativa de las autoridades municipales, lo que creó una "zona gris" donde las cifras sobre pérdidas y necesidades de fondos son difíciles de verificar.
En 2024-2025, el Ayuntamiento de Kiev recapitalizó KTE: el capital autorizado se incrementó en aproximadamente 2500 millones de UAH con un préstamo del BERD (50 millones de euros). Se decidió reembolsar los intereses y el capital del préstamo con cargo al presupuesto municipal. Además, el ayuntamiento destinó una subvención del BERD de 5 millones de euros, también para cubrir las necesidades de KTE.
La empresa ocultó sus estados financieros públicos (citando la guerra), pero los datos fragmentarios muestran que hay mucho dinero en el sistema: la pregunta es a dónde va.
Según KTE, las pérdidas de calor en las redes rondan el 27 %. Para comprender la magnitud: la metodología permite incluir en la tarifa solo aproximadamente el 13 % de las pérdidas. El excedente restante recae en los bolsillos de los consumidores y el presupuesto. En ciudades vecinas, la situación es diferente: Cherkasy, Zhitomir, Ternópil y Chernovtsy: pérdidas del 10 % al 11 % debido a la sustitución sistemática de tuberías. En Kiev: entre el 2 % y el 3 % de las sustituciones de red anuales durante años, un valor críticamente bajo para un desgaste del 80 %.
Un análisis de las adquisiciones para 2025 muestra que los costos clave son la reconstrucción de las salas de calderas con la instalación de unidades de cogeneración (electricidad y calor a partir de un solo combustible). El costo de las unidades varía desde unidades hasta decenas de millones por unidad. Sin embargo, en lotes separados, KTE también adquiere obras de construcción e instalación (cimentaciones, muros, techos), e incluso la retirada de residuos de construcción, todo por separado, por cientos de millones.
El coste total de las obras de construcción supera los 1.100 millones de UAH (sin contar el coste de las unidades). Al mismo tiempo, las reparaciones de la red suelen tener un coste mínimo (entre 169.000 y 265.000 UAH por instalación), mientras que los gastos en fachadas, mobiliario de oficina, etc., ascienden a millones. La desproporción entre las inversiones de capital visibles y el verdadero cuello de botella (la red) es sorprendente.
En los últimos años, KTE ha sido objeto de una serie de búsquedas y sospechas. Entre los episodios:
-
Sobreestimación del coste de los materiales y de la obra;
-
"Almas muertas" en la gestión de personal: empleo ficticio de personas que no cumplieron con sus funciones, pero recibieron pagos millonarios;
-
Sospechas de negligencia de los funcionarios a la hora de aceptar trabajos (daño presupuestario de aproximadamente 1 millón de UAH en un solo episodio).
Al mismo tiempo, la Administración Estatal de la Ciudad de Kiev habla públicamente de “presión sobre la empresa”, que supuestamente “paraliza” el trabajo.
A pesar de los alarmantes titulares, los expertos no prevén mayores riesgos para Kiev que para otras ciudades: la defensa aérea de la capital es más sólida, la generación de calor es suficiente y la principal vulnerabilidad reside precisamente en la red y la calidad de la gestión. En resumen, la mayor amenaza reside en el sistema.