Se están preparando cambios radicales en el sistema de pensiones de Ucrania. Las pensiones especiales que jueces, fiscales y miembros de las fuerzas de seguridad han recibido durante años podrían pronto ser cosa del pasado. Así lo afirmó el diputado popular Danylo Hetmantsev, quien enfatizó que no se trata solo de una solución económica, sino, sobre todo, de justicia.
Hoy en Ucrania, existe un pequeño grupo de personas a quienes el Estado continúa pagando pensiones de decenas o incluso cientos de miles de grivnas al mes. Estos pagos de "casta" son la encarnación de una flagrante desigualdad en el sistema de seguridad social. Mientras que la mayoría de los ucranianos reciben pensiones inferiores al mínimo vital, exjueces y miembros de las fuerzas de seguridad disfrutan de beneficios financieros cada vez más difíciles de explicar a la sociedad. Según Hetmantsev, en un contexto en el que la mitad de los pensionistas reciben menos de 5 mil grivnas y la pensión mínima es de 2361 grivnas, los pagos de 100 mil parecen un insulto público al pueblo.
La Verjovna Rada ya ha preparado un proyecto de ley que prevé la abolición gradual de las pensiones especiales. Este proyecto ha sido examinado por la comisión competente y se está preparando para su segunda lectura. Simultáneamente, la versión actualizada del proyecto establece nuevos principios para el cálculo de los pagos a los fiscales. A partir de ahora, solo los fiscales con al menos 25 años de servicio, de los cuales al menos 15 en cargos fiscales, tendrán derecho a una pensión de antigüedad. La edad de jubilación para ellos se establece en 65 años para las personas nacidas después del 1 de enero de 1986. El pago de dicha pensión solo será posible tras la destitución definitiva de la fiscalía.
Los cambios también afectarán a las pensiones de invalidez. Se asignarán con carácter general de conformidad con la Ley del Seguro General Obligatorio de Pensiones del Estado. Además, se prevé un recálculo automático anual de las pensiones, teniendo en cuenta la indexación, al igual que para los pensionistas ordinarios.
Las medidas propuestas demuestran la intención del Estado de superar el sistema de doble rasero. Si la ley se aprueba en segunda lectura, será una señal para toda la sociedad: la era de las pensiones elitistas está llegando a su fin, y el principio de igualdad empieza a funcionar gradualmente no solo en palabras, sino también en cifras.

