Ya hay miles de satélites Starlink en órbita baja de SpaceX, propiedad de Elon Musk, y con el tiempo, algunos de ellos, al llegar al final de su vida útil, comienzan a caer en la atmósfera terrestre. Según el astrofísico estadounidense Jonathan McDowell, uno o dos satélites Starlink caen en el planeta cada día, y a medida que aumenta el número de satélites, esta cifra seguirá aumentando.
Desde 2019, SpaceX ha lanzado más de 8.000 satélites Starlink, y más de 2.000 este año. Otras empresas también están formando sus propias constelaciones de satélites: Amazon planea lanzar más de 3.000 satélites de internet, y el primer lote ya está en órbita desde principios de 2025. Una vez que todas las constelaciones estadounidenses y chinas estén completamente desplegadas, habrá unos 50.000 satélites en órbita baja.
La corta vida útil de los satélites Starlink (unos 5 años) implica que volverán a entrar en la atmósfera terrestre y se quemarán tras su misión. A los científicos les preocupa que los satélites quemados contaminen la atmósfera con metales, lo que podría dañar la capa de ozono.
La Administración Federal de Aviación de EE. UU. advierte que para 2035, podrían caer anualmente alrededor de 28 000 satélites Starlink. Anteriormente, la probabilidad de daños causados por desechos espaciales era prácticamente nula, pero en 10 años podría aumentar al 61 %. McDowell predice que pronto caerán a la Tierra al menos cinco satélites cada día, y un aumento en su número podría provocar colisiones descontroladas y la aparición de aún más desechos espaciales.
Los satélites también pueden fallar prematuramente debido a la actividad solar, ya que las fuertes tormentas solares suelen provocar su caída a la atmósfera. Actualmente es difícil evaluar la magnitud de la contaminación atmosférica por metales, pero los científicos están preocupados por ello.

