El deseo intenso de comer algo dulce es familiar para muchos y, a menudo, no surge del hambre, sino como un hábito o una reacción al cansancio y al estrés. Los expertos en nutrición enfatizan que los alimentos adecuados pueden reducir los antojos de azúcar y ayudar a sentirte saciado por más tiempo, sin calorías extra.
Entre los alimentos antidulces más efectivos se encuentran las frutas y las bayas. Son naturalmente dulces, ricas en fibra y antioxidantes, lo que estabiliza los niveles de azúcar en sangre. Si de verdad te apetece chocolate, el chocolate negro con alto contenido de cacao es la mejor opción. Para picar, los nutricionistas recomiendan yogur sin azúcar, semillas de chía, batidos de frutas enteras y productos lácteos, así como platos con proteínas: huevos, pescado, carne y aves. Los dátiles, las ciruelas pasas, los frutos secos, los boniatos asados, los cereales integrales y las verduras también son útiles.
El nutricionista Robbie Paddick explica que los antojos de dulces se desencadenan tanto por el hambre física como por el estrés o el agotamiento emocional. Ofrece una técnica de tres pasos de 15 minutos para controlar el impulso:
Paso 1: Control de cinco minutos
Comprueba si realmente tenías hambre la última vez que comiste y evalúa también tu estado emocional y los hábitos que pueden desencadenar antojos de dulces.
Paso 2: Cinco minutos de distracción intencionada.
Si se trata de hambre física, come un refrigerio con proteínas y verduras. Si es una necesidad emocional, ten una conversación breve con un amigo, realiza una tarea sencilla o da un paseo al aire libre.
Paso 3: Visualización de cinco minutos de tu yo futuro.
Imagina cómo te sentirás una hora después de haber controlado tus impulsos. Esto te ayudará a crear una nueva experiencia y a aprender a lidiar con tu gusto por lo dulce sin las calorías extra.
Paddick también recomienda el método de "surfear el deseo": imagina el antojo como una ola, permitiéndole subir y bajar sin ceder al impulso. Actividades alternativas, como respirar profundamente, hablar o caminar, ayudan a separar el estímulo de "querer algo dulce" de la recompensa automática.
Lo principal que señalan los expertos es que no se trata de fuerza de voluntad, sino de ser consciente de los motivos que desencadenan los antojos. Eliminar estos desencadenantes permite controlar y disminuir la intensidad del deseo por los dulces.

