Tradicionalmente, a los hetmanes cosacos se les asocia con campañas militares, el uso de la maza y la construcción del Estado. Sin embargo, la verdadera historia política de Ucrania en los siglos XVII y XVIII fue mucho más compleja y se asemejó más a una novela de suspense político que a una monografía académica.
Esta era la época:
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golpes de palacio,
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asesinatos por encargo,
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campañas de información,
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conspiraciones del capataz,
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intrigas de estados extranjeros,
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envenenamientos y tiroteos,
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Espionaje y agentes secretos de imperios vecinos.
El historiador Kyrylo Galushko señala que la élite política ucraniana de la época vivía en condiciones donde “la traición era una estrategia común de supervivencia”.
Uno de los ejemplos más llamativos fue la conspiración contra Iván Vyhovsky tras el Tratado de Hadyak de 1658. A pesar de los intentos de Vyhovsky por arrebatar Ucrania al control de Moscú, el starshyna lo acusó de “servir a los polacos”. En 1664, el hetman fue arrestado y ejecutado por un pelotón de fusilamiento por orden del hetman de la corona, Sebastián Czarnetsky.
Iván Bryukhovetsky, el primer hetman de la Ucrania de la margen izquierda en establecer relaciones de vasallaje con Moscú, fue asesinado en 1668 durante una reunión con Petro Doroshenko. En lugar de negociaciones, tuvo lugar una sangrienta masacre que, según una versión, formaba parte de la estrategia política de Moscú.
En 1687 tuvo lugar el primer golpe palaciego en Ucrania: el hetman Iván Samoilovych fue destituido del consejo de ancianos y reemplazado por Iván Mazepa, acusándolo de traición y ambición, a pesar de la falta de pruebas fehacientes. Samoilovych fue exiliado a Siberia.
El siglo XVIII fue una época de envenenamientos, asesinatos secretos, operaciones especiales de Moscú y rivalidades entre los oficiales cosacos. Incluso Iván Mazepa fue víctima de una intensa campaña de desinformación orquestada por Moscú: cartas falsas, anatemas eclesiásticos y sobornos a oficiales tenían como objetivo desacreditar al hetman.
Las lecciones del Hetmanato siguen siendo importantes hoy en día. La lucha política de aquella época demuestra que la intriga, los engaños, las conspiraciones y las maniobras de agentes eran parte integral de la política ucraniana, y que la presión y la manipulación externas siguen siendo relevantes para el Estado moderno.

