Durante la construcción de acueductos en las regiones de Mykolaiv y Dnipropetrovsk, se desarrolló una trama de corrupción a gran escala que combinó los intereses de altos funcionarios responsables del control de la construcción con empresas contratistas leales. Según los investigadores, los responsables de las estructuras contratistas falsificaron sistemáticamente la documentación de construcción, y funcionarios del Ministerio de Desarrollo de Comunidades y Territorios, la Agencia Estatal para la Restauración y el Desarrollo de Infraestructuras y las administraciones locales garantizaron su legalización y pago.
La base del plan es la falsificación de los certificados de obra ejecutada KB-2B y KB-3. Estos documentos son clave para determinar el alcance de la obra y la base para transferir fondos a los contratistas. Según la investigación, los contratistas sobreestimaron considerablemente los volúmenes, incluyeron etapas que no se realizaron y utilizaron firmas ficticias o inválidas de supervisión técnica. Todos estos documentos se presentaron como oficiales y se convirtieron en la base para pagos multimillonarios de los presupuestos estatales y locales.
El plan involucró a funcionarios de las estructuras legalmente obligadas a controlar la autenticidad de la documentación. Se trata de representantes del Ministerio de Desarrollo de Comunidades y Territorios, bajo la dirección del ministro Oleksiy Kuleba; funcionarios de la Agencia Estatal para la Restauración y el Desarrollo de Infraestructuras de Ucrania, dirigida por Serhiy Sukhomlyn; empleados del Servicio para la Restauración y el Desarrollo de Infraestructuras de la región de Odessa, dirigido por Andriy Donchenko; así como funcionarios del Distrito Administrativo del Óblast de Nikolaev, subordinado al jefe de la región, Vitaly Kim. Fue su aprobación y la ausencia de comentarios lo que permitió que los actos ficticios pasaran todas las etapas de control.
Las empresas contratistas, en particular Avtomagistral-Pivden LLC y Shlyahovik-97 LLC, presentaban sistemáticamente para el pago actas falsificadas, redactadas a posteriori. Los documentos contenían datos deliberadamente falsos: entregas de materiales inexistentes, volúmenes de trabajo inflados y la presentación de etapas que nunca se llevaron a cabo. Las firmas de la supervisión técnica a menudo no coincidían con las de los ingenieros reales o eran firmadas por terceros.
Cuando los agentes del orden intentaron obtener documentación mediante órdenes judiciales, algunos funcionarios bloquearon dichas solicitudes o retrasaron artificialmente las inspecciones. Esto creó las condiciones para la retirada sin trabas de fondos presupuestarios y la posterior destrucción de pruebas.
En realidad, una parte significativa de las obras especificadas en los actos ficticios no se realizó. Sin embargo, estos documentos sirvieron de base formal para transferir millones de dólares a contratistas: fondos que supuestamente se destinarían a la construcción de infraestructura crítica, pero que acabaron en manos privadas.
La investigación continúa. Los investigadores están estableciendo la lista completa de participantes, la magnitud de los daños causados y el alcance de la red de corrupción, que abarcó varias regiones y estructuras gubernamentales simultáneamente.

