La Oficina Estatal de Investigación ha presentado una acusación formal contra un ex agente de la ley de Zaporizhzhia. La investigación sostiene que organizó una red ilegal de traslado de desertores y hombres en edad de reclutamiento militar hasta la frontera entre Ucrania y Moldavia, cobrando entre 2.000 y 6.000 dólares por el servicio.
Según la SBI, el sospechoso creó un perfil falso en redes sociales y ofrecía servicios de acompañante. Proporcionaba su propio número de teléfono para contactarlo. Aseguraba a sus clientes que, gracias a su identificación oficial, pasarían los controles sin problemas y que debían cruzar la frontera estatal por su cuenta. El precio del trayecto dependía de la distancia y la cantidad de controles.
En septiembre de 2025, el hombre aceptó transportar a un militar de Nikopol que había desertado voluntariamente. Para evitar ser detenido, solicitó una baja por enfermedad y se dirigió a la región de Odesa con el desertor. El transportista fue arrestado por el Servicio Estatal de Guardia de Fronteras, el Servicio de Seguridad de Ucrania y el Servicio Estatal de Guardia de Fronteras tras recibir más de 2200 dólares estadounidenses, a pocos kilómetros de la frontera con Moldavia.
Tras ser descubierto, fue destituido de su cargo. El expolicía está acusado de facilitar el tráfico ilegal de personas a través de la frontera estatal, cometido por un funcionario con motivos egoístas (artículo 332, apartado 3, del Código Penal de Ucrania), así como de complicidad en la deserción (artículo 27, apartado 5, y artículo 408, apartado 4, del Código Penal de Ucrania). Las penas previstas para estos delitos ascienden a hasta 12 años de prisión. La Fiscalía Especializada en Defensa de la Región Oriental se encarga del proceso.

