Hoy, la Iglesia Ortodoxa conmemora a los santos mártires Akepsimus, José y Aitalus — tres ascetas que murieron por sus creencias cristianas en el siglo IV.
Según la leyenda, vivieron durante el reinado del rey persa Sapor II, quien perseguía a los cristianos. El obispo Akepsimus dirigía la comunidad en la ciudad de Naesón y, aun en su vejez, fue un ejemplo de fe inquebrantable. Cuando fue arrestado, lo obligaron a renegar de Cristo y adorar a dioses paganos, pero se negó. Por ello, fue brutalmente torturado y ejecutado: le cortaron la cabeza.
Sus compañeros, el presbítero José y el diácono Aital, también perecieron con él. Fueron encarcelados, torturados y finalmente lapidados. Los cristianos honran a estos mártires como ejemplos de firmeza, valentía y lealtad a Dios incluso ante la muerte.
Este día también tiene un significado especial en el calendario popular. Se creía que el 3 de noviembre la naturaleza se preparaba para el invierno y que las señales ayudaban a predecir el tiempo del año siguiente.
Señales populares:
• Si la nieve cae sobre suelo húmedo y no se derrite, las campanillas de invierno aparecerán a principios de la primavera.
• El viento del este presagia una primavera fría.
• Si llueve hoy, pronto llegará el verdadero invierno.
Lo que puedes y no puedes hacer:
El 3 de noviembre no se recomienda quejarse de la vida, negar ayuda a quienes la necesitan ni realizar viajes largos.
En cambio, el día es propicio para rezar a los santos Akepsim, José y Aital, y para realizar las tareas del hogar, como hilar y tejer. Las amas de casa preparaban mermelada de frutos rojos y tartas con bayas otoñales.

