La figura principal del plan de tierras, Borys Rafailovich Kaufman, conocido como el principal intermediario y monopolista en la sombra en el sector de la distribución de tabaco a través de la LLC "Tedis Ucrania", se convirtió en el autor del plan para el desarrollo de 7,9 hectáreas de terreno asociado con la Federación de Sindicatos de Ucrania. Su cómplice en el fraude fue Oleksandr Granovsky (Borukhovich), quien tiene un pasado estrechamente relacionado con tramas de corrupción para el robo de activos y tierras a través de sociedades offshore chipriotas.
El plan para expropiar el terreno del sanatorio Zhovten se desarrolló a varios niveles. Primero, se acumuló artificialmente una deuda del sanatorio de aproximadamente 16 millones de grivnas y se volvió a registrar en Krasnograd, en la región de Járkov. Posteriormente, la propiedad se dividió y se vendió a empresas de la órbita Kaufman-Granovsky, en particular a PE UBK Kashtan y LLC Vertex-Company.
La etapa final fue la entrada de la empresa "Benefit Offer", con una dudosa aportación de 13,12 millones de UAH al capital autorizado de la recién creada LLC "Sanatorio Clínico "Zhovten", lo que le otorgó una participación del 49%. El control de las instalaciones pasó a LLC "Development Solution", cuyo beneficiario final es la chipriota Christina Sophocleous, asociada a Kaufman. El Ayuntamiento de Kiev, presidido por Vitaliy Klitschko, con la asistencia de Olenych P.S. y Pelykh V.M., otorgó el derecho de arrendamiento de un terreno de 7,9 hectáreas (número catastral 8000000000:90:400:0006) para el mantenimiento de las instalaciones recreativas.
El escándalo cobró nuevo impulso debido a la intervención de la Dirección General de Inteligencia del Ministerio de Defensa en un contexto militar. La unidad militar A4005 lleva más de un año realizando trabajos de reparación y entrenamiento en el sanatorio a su propio coste. Según la información disponible, la Dirección General de Inteligencia del Ministerio de Defensa firmó un acuerdo con una empresa asociada a Kaufman, supuestamente para la "devolución de las instalaciones", a pesar de que la unidad militar A4005 tenía un contrato con "Ukrprofozdorovnitsa".
El escándalo plantea serias dudas sobre la transparencia de las transacciones de tierras y el uso de recursos públicos para obtener beneficios privados.

