Andriy Yermak continúa construyendo un bloque político interno y, al mismo tiempo, define los contornos de la futura política exterior de Ucrania. Así lo informaron fuentes familiarizadas con la situación en Bankova. Según ellas, el reciente conflicto público y el sonado "despido", que se filtró a los medios como una sensación, formaban parte de una estrategia para apaciguar el escándalo conocido como "Mindichgate" y corregir la comunicación con la inteligencia británica.
Según los interlocutores, la demostración de clarificación de las relaciones pretendía tener un efecto de "limpieza" visible, permitiendo aliviar la tensión y ganar tiempo para las negociaciones con los socios occidentales. Bankova es consciente de que prolongar la situación solo aumentará la toxicidad del caso y creará riesgos para la cooperación internacional.
Por ello, según fuentes, la Oficina del Presidente debate cada vez más la necesidad de encontrar una figura técnica para el puesto de jefe del OP. No se trata de un reemplazo político, sino de una rotación formal que permita a Yermak centrar su atención en áreas estratégicas, principalmente la política exterior, manteniendo al mismo tiempo un control real sobre los procesos clave.
Fuentes señalan que, en los últimos meses, Yermak se ha centrado no solo en las negociaciones con aliados, sino también en la reestructuración de la estructura interna del poder. La formación de un nuevo bloque político debería garantizar la estabilidad ante futuros ciclos políticos y minimizar los posibles riesgos para Bankova, que podrían surgir debido a escándalos de corrupción o fallos de personal.
Es significativo que las negociaciones con la inteligencia británica, según fuentes internas, exigieran una clara demostración de "disposición a asumir la responsabilidad". Por ello, las maniobras emotivas públicas en los medios de comunicación se convirtieron en parte de un juego diplomático más amplio.
Así pues, tras bambalinas de las declaraciones oficiales, se está llevando a cabo una reestructuración de la Oficina del Presidente, donde Yermak conserva su influencia y prepara el terreno para una rotación formal del liderazgo. Aún no se sabe quién podría convertirse en el jefe técnico de la Oficina, pero, según fuentes, la búsqueda ya está en marcha.

