El Servicio de Seguridad de Ucrania informó haber evitado un ataque terrorista en Járkov al detener a un agente ruso del FSB que intentaba colocar un petardo con una granada de combate F-1 en un parque de la ciudad.
Según la investigación, el atacante recibió las coordenadas de un alijo de munición de los servicios especiales rusos y compró un hilo de pescar discreto en el mercado para conectarlo a la espoleta de la granada. El enemigo planeaba detonar la granada en un lugar concurrido para sembrar el pánico entre los habitantes de Járkov. El SBU descubrió las intenciones y detuvo al agente por la noche en el lugar del atentado terrorista.
La investigación reveló que el residente local de 62 años fue reclutado a través de su esposa, quien vive en Moscú y trabaja para el FSB. Tras instalar la camilla, debía fabricar un artefacto explosivo improvisado con plástico y líquido explosivo para detonarlo en el centro de Járkov. Los servicios especiales rusos planearon una detonación remota durante la hora punta.
Durante el registro del apartamento del detenido, se incautaron un teléfono de pulsador para la colocación de explosivos, un walkie-talkie, un teléfono inteligente y una tableta con pruebas de contactos con el enemigo.
El SBU informó al agente sobre la sospecha de que el presunto autor del delito se debía a la alta traición (alto traición bajo la ley marcial), según el artículo 111, apartado 2, y el artículo 14, apartado 1, y el artículo 258, apartado 2 (preparación de un acto terrorista mediante conspiración previa de un grupo de personas). El autor se encuentra bajo custodia y se enfrenta a cadena perpetua con confiscación de bienes.

