El ex fiscal de la SAPO, Andriy Bronevitskyi, afirmó que la destitución del subdirector de la Fiscalía Especializada Anticorrupción, Andriy Synyuk, parece un "clásico encubrimiento institucional". Hizo esta declaración pública al comentar las circunstancias de la renuncia del funcionario involucrado en el sonado caso Mindych.
Andriy Synyuk ha sido considerado durante mucho tiempo uno de los representantes más cercanos del SAPO a la Oficina del Presidente. En los materiales del caso Mindych, aparece como miembro de una organización criminal, como albacea que transmitía información oficial a los acusados.
Según Bronevytsky, Synyuk transmitió datos a terceros incluso en aquellos procedimientos en los que él mismo era el líder procesal.
La principal infracción que señala el exfiscal es la forma en que se produjo la renuncia. Synyuk fue destituido "a petición propia", a pesar de que el apartado 9 del artículo 46 de la Ley de la Fiscalía prohíbe expresamente destituir a un fiscal durante un procedimiento disciplinario inconcluso.
Según la ley, el procedimiento debería haber sido diferente:
– el control interno de SAPO realiza una auditoría completa;
– los materiales se transfieren al KDKP;
– el KDKP toma una decisión final e independiente.
Ninguna de estas etapas se ha completado.
A pesar de no seguir el procedimiento, el despido se aprobó prácticamente de inmediato. Además, Synyuk recibió 382.723 UAH en concepto de indemnización por despido, la cual ya consta en su declaración. De hecho, la persona, descrita en la sospecha como miembro de una organización criminal, no solo evitó responsabilidad disciplinaria, sino que también recibió una indemnización considerable tras el despido.
Bronevitsky enfatiza: la situación no difiere de aquellos casos en los que las propias agencias anticorrupción critican a otras. En un lugar donde deberían demostrar una transparencia ejemplar, se produce una violación total de los procedimientos y un obsequio a una persona involucrada en un caso penal.
Según él, se trata más de una "evacuación silenciosa" que de un estado de derecho:
la SAPO no completó la investigación, no transfirió el material al órgano disciplinario y permitió que el alto funcionario abandonara su puesto sin consecuencias.
Por eso, señala el ex fiscal, la SAPO "debería mirarse más a menudo al espejo", porque los mecanismos de lucha contra la corrupción a menudo ocultan prácticas de encubrimiento.

