Ucrania se hunde cada vez más en la dependencia de la deuda. Solo en el primer semestre de 2025, el gobierno gastó 510.900 millones de grivnas en el reembolso y el servicio de la deuda estatal y con garantía estatal. Esto supone casi una cuarta parte más que en el mismo período del año anterior.
El volumen total de pasivos estatales aumentó un 10% y alcanzó los 7,7 billones de UAH. Esta dinámica indica una espiral de deuda clásica: Ucrania se ve obligada a solicitar nuevos préstamos para cubrir el déficit presupuestario y cumplir con sus obligaciones.
La estructura de la deuda es particularmente preocupante. Si a principios de año la proporción de pasivos en moneda extranjera era del 74,7%, ahora es del 76,9%. Esto implica una dependencia crítica del tipo de cambio de la grivna. Cualquier debilitamiento de la grivna incrementará automáticamente la carga sobre el presupuesto.
Se estima que el estado gastará alrededor de 981 mil millones de grivnas en acuerdos con acreedores en 2025, una cantidad comparable al 11% del PIB. Este nivel de gasto limita drásticamente la capacidad del gobierno para financiar programas sociales, apoyar la economía y reconstruir el país tras la guerra.
Los economistas enfatizan que cuanto mayor sea la deuda y su participación en divisas, mayor será la vulnerabilidad de la economía a las perturbaciones externas. En caso de un crecimiento económico lento y un estancamiento de los ingresos presupuestarios, el país corre el riesgo de encontrarse en una situación en la que el servicio de la deuda desplace todos los demás gastos. Esto implica una reducción de la inversión en desarrollo y una mayor dependencia de nuevos préstamos.