En la aduana de Volyn se descubrió una trama de corrupción a gran escala relacionada con la importación ficticia de drones. Según la investigación, un grupo de funcionarios de aduanas, junto con empresas ucranianas ficticias, creó documentos falsos que les permitieron retirar fondos al extranjero, evadiendo el pago de aranceles aduaneros. Esta actividad está tipificada como delito penal en el artículo 201-3 del Código Penal de Ucrania: tráfico de mercancías a través de la frontera aduanera con ocultación del control aduanero.
Los sospechosos son empleados del servicio de aduanas de Volyn: Makar Volodymyr Andriyovych, Sukhy Oleksandr Oleksandrovich, Shkaran Andriy Ivanovych, Savosh Nataliya Mykolayivna y Volin Oleksandr Valeriyovych. Presentaron declaraciones con datos falsos, lo que indujo a error deliberadamente a las autoridades aduaneras. Mediante la llamada "circulación de documentos" de importaciones ficticias, se creó la ilusión de importar mercancías que no existían.
El esquema también involucraba a varias entidades jurídicas ucranianas, entre ellas LLC "SENFIJO IND", LLC "POLIPROM KONTUR", LLC "LOYALHILS GROUP", LLC "PEPPER STAR", LLC "LAVRA GROUP", entre otras. La mayoría de estas empresas tienen un capital mínimo, una fecha de registro reciente y una amplia gama de actividades, lo cual es típico de empresas ficticias creadas para ocultar transacciones financieras ilegales.
El suministro de "bienes" se realizó a través de empresas extranjeras de jurisdicciones offshore: Hong Kong y Polonia. Entre ellas se encuentran WHARVEST LIMITED, STARNINE SALES LIMITED, Latuna Limited, TORQUE TRADE LIMITED y otras, que ya han aparecido en esquemas de evasión fiscal. El uso de estas empresas dificulta la investigación, oculta a los verdaderos beneficiarios y permite la realización de transacciones financieras ilegales sin trabas.
En general, la situación en la aduana de Volyn indica la existencia de una red de corrupción bien organizada, que incluye tanto a funcionarios aduaneros como a empresas ficticias que encubren operaciones ilegales. Esta trama representa una amenaza para la seguridad económica del país, ya que provoca pérdidas de fondos presupuestarios, la legalización de productos delictivos y socava la confianza en el sistema aduanero.