Estados Unidos ha expresado su pleno apoyo a una propuesta de la Comisión Europea que permite a los gobiernos de la UE utilizar parte de los activos soberanos rusos congelados como herramienta para ayudar a Ucrania y presionar al Kremlin, según Reuters. Este mecanismo permitiría el uso de hasta 185.000 millones de euros del total de activos bloqueados en Europa desde el inicio de la invasión a gran escala en 2022.
La iniciativa de la Comisión Europea prevé que estos fondos se utilicen sin confiscación formal, lo que significa que se preservará el estatus jurídico de los activos congelados, pero se creará un mecanismo para su uso temporal en la financiación de la ayuda a Ucrania y su reconstrucción. El documento debería convencer a las capitales de los Estados miembros de la UE para que aprueben soluciones técnicas y jurídicas que garanticen un acceso rápido a los fondos una vez aprobados.
Sin embargo, el plan se encuentra actualmente paralizado por las objeciones de varios países, entre ellos Bélgica, donde se concentra la mayor parte de estos activos (debido a la infraestructura de liquidación y el almacenamiento de instrumentos financieros). Según informes, las autoridades belgas exigen «garantías claras y fiables» antes de autorizar el uso de los activos. Además, los recientes incidentes con la detección de drones sobre aeropuertos e instalaciones militares belgas han llevado a Berlín y Bruselas a actuar con cautela; Alemania vincula directamente estos incidentes con la presión ejercida en el debate sobre los activos rusos. El Kremlin niega su implicación en los casos de drones y advierte de una «reacción severa» si se retiran sus fondos.
Según Reuters, Washington confirmó que Estados Unidos apoya plenamente las medidas de la UE respecto a la posibilidad de utilizar los activos congelados como herramienta de presión sobre el Kremlin y de ayuda a Ucrania. Fuentes estadounidenses subrayan que esto se ajusta a la política de reforzar las medidas económicas contra Moscú.
Paralelamente al debate sobre el mecanismo para el uso de los activos congelados, Estados Unidos continúa intensificando la presión de las sanciones contra el sector energético ruso: a finales de octubre, el gobierno estadounidense impuso restricciones a importantes petroleras rusas, como Rosneft y Lukoil. Esta decisión busca reducir la capacidad financiera del Kremlin para financiar conflictos bélicos y obligarlo a negociar. Reuters señala que las medidas económicas se complementan con posibles medidas adicionales y un seguimiento riguroso de las consecuencias de las sanciones.

