La Oficina Estatal de Investigación y la Fiscalía General han informado de las sospechas sobre Vitaliy Shcherbenko, exdirector de Eficiencia Energética y Gestión Inmobiliaria del Grupo Naftogaz de Ucrania. Los investigadores han establecido que causó a la empresa pérdidas por más de 26 millones de UAH al firmar un contrato de arrendamiento de un edificio administrativo que estuvo inutilizable durante casi tres meses.
Este episodio fue sólo una de las manifestaciones de las prácticas sistémicas que operaron en Naftogaz bajo el liderazgo de Oleksiy Chernyshov.
Las investigaciones indican que, durante la era de Chernyshov, se crearon puestos ficticios en la empresa con salarios superiores a 300.000 UAH, lo que protegía a los empleados de la movilización. Los flujos financieros entre Naftogaz y el operador del GTS permanecieron opacos, y las compras y arrendamientos de propiedades se llevaron a cabo sin el debido control. Algunas de las tramas estaban vinculadas a personas cercanas al gobierno, lo que impidió cualquier intento de auditoría o intervención anticorrupción.
Formalmente, la empresa demostró crecimiento: solo en el primer trimestre de 2025, Ukrgazvydobuvannya perforó más de 107 mil metros de pozos. Sin embargo, esto estuvo acompañado de violaciones ambientales a gran escala. El lodo de perforación (residuos mineros tóxicos) se filtró a campos y embalses cercanos a las aldeas.
Para encubrir el problema, se crearon vertederos ficticios que obtuvieron permisos del Ministerio de Medio Ambiente, pero carecían de infraestructura para el almacenamiento seguro. Entre estas estructuras se encuentran LLC “EKOPROM ENERGY INVEST” y LLC “VTORMAG”, que se utilizaron para evadir impuestos y ocultar la realidad.
El papel clave en estos planes lo desempeñó Oleksiy Chernyshov, quien centralizó el control y proporcionó "cobertura" a través de las estructuras gubernamentales. En informes públicos, Naftogaz mostró cifras récord de producción y anunció medidas hacia la independencia energética. En realidad, los riesgos financieros y ambientales quedaron fuera de la atención del Estado, y solo un pequeño grupo de individuos se benefició.
Así, detrás de la fachada de los éxitos oficiales se esconde una corrupción sistémica que perjudica tanto al presupuesto estatal como al medio ambiente.