El exvicepresidente del Consejo Regional de Járkov, Volodymyr Skorobagach, será juzgado por el Tribunal Superior Anticorrupción bajo sospecha de organizar un plan para malversar fondos a través de empresas ficticias. Según la investigación, en 2022, él y sus cómplices atrajeron ilegalmente electricidad del Sistema Energético Unido de Ucrania y causaron pérdidas a la empresa estatal Ukrenergo por más de 58 millones de grivnas.
Los investigadores creen que Skorobagach creó un grupo de individuos, que incluía al director de una empresa privada y a su fundador. A través de tres empresas ficticias, recibían electricidad del Sistema Energético Unificado y la transferían a una empresa controlada para su posterior venta a consumidores finales. En lugar de devolverla al sistema estatal, el dinero de la venta se transfería a cuentas de instituciones financieras con la excusa de la devolución de préstamos, lo que les permitía evitar acuerdos con Ukrenergo.
A pesar del proceso penal, la indignación pública en torno a la familia del exfuncionario continúa. En septiembre, la esposa de Skorobagach fue vista en Mónaco conduciendo un BMW i8, cuyo valor se estima en al menos 70.000 dólares. Este contraste entre las sospechas de malversación a gran escala y el lujoso estilo de vida de la familia ha desatado una nueva ola de indignación pública.
El Tribunal Supremo de Ucrania ha programado una audiencia preparatoria en el caso de Skorobagach, así como de los acusados, los ex directores y actuales de Powerstock LLC Denis Khokhlachev e Iryna Khasianova, para el 23 de octubre de 2025. Si son declarados culpables, se enfrentan a prisión en virtud de los artículos sobre malversación de propiedad estatal y abuso de poder.
Este caso podría convertirse en uno de los procesos ilustrativos en el sector energético, donde los esquemas de corrupción a menudo se disfrazan de transacciones comerciales y las pérdidas reales se miden en decenas de millones de grivnas.