La fibra es un componente importante de la alimentación saludable contenida en frutas, verduras, legumbres y cereales enteros. Ayuda a mejorar la digestión, reduce el hambre y promueve el control de peso. Además, la fibra mantiene el colesterol normal y el azúcar en la sangre, lo que reduce el riesgo de enfermedades graves.
Especialmente útiles son la fibra dietética insoluble, que limpia el cuerpo y ayuda a eliminar las toxinas. El consumo regular de fibra ayuda a prevenir el tipo II, rectal, aterosclerosis, ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. También tiene un efecto positivo en la inmunidad, protegiendo contra enfermedades respiratorias y otras enfermedades.
La tasa de fibra diaria recomendada para mujeres menores de 50 años es de al menos 25 g, para hombres, aproximadamente 38 g. Después de 50 años, estos indicadores se reducen a 20 g para mujeres y 30 g para hombres. Para los niños, la tarifa es de aproximadamente 10-20 g por día. Los líderes en el contenido de fibra son avena, semillas de chía, frutas secas, así como trigo sarraceno, guisantes, avena, frijoles y lentejas.
Para aumentar el consumo de fibra, es necesario cambiar los hábitos alimenticios: para el desayuno, elija copos con un alto contenido de fibras, reemplace el pan regular con grano integral, agregue más vegetales de temporada a la dieta, coma nueces o frutas. Puede usar aguacate en lugar de mayonesa, y el bulgur, las películas y las nueces se pueden agregar a las ensaladas.
Se recomienda agregar semillas de lino o chía para enriquecer el desayuno, y frijoles, garbanzos o lentejas en lugar de pasta o puré o puré. Los higos serán un complemento útil para los postres porque contiene muchos antioxidantes y ayuda a estabilizar el azúcar en la sangre. La sopa de guisantes también será útil al menos una vez por semana.
Es importante recordar que el consumo excesivo de fibra, más de 100 g por día, puede causar problemas de salud, incluida la deshidratación y la obstrucción intestinal. Por lo tanto, se debe observar moderación.