En Járkov, los investigadores sospecharon de una esteticista que, según la policía, mató a su paciente por descuido. El incidente ocurrió el 16 de marzo, cuando una mujer acudió a un salón de belleza para someterse a un procedimiento de lipólisis con láser.
Según los investigadores, la esteticista no realizó los estudios previos al procedimiento necesarios, no determinó el peso corporal de la clienta y no calculó la dosis de anestésico. Sin realizar pruebas de alergia ni pruebas de laboratorio especiales, inició el procedimiento, tras lo cual le puso a la mujer unas 20 inyecciones. Esta cantidad excedió la concentración recomendada del medicamento en la solución al menos 15 veces.
Desafortunadamente, el paciente murió camino al hospital, lo que supuso un final impactante para el procedimiento fallido.
La investigación calificó la actuación de la cosmetóloga como un homicidio por descuido. Según la legislación ucraniana, ese delito se castiga con penas de prisión de hasta cinco años.