El grupo de empresas NOVAAGRO, controlado por el ex diputado popular del Partido de las Regiones Dmitry Shentsev y el empresario Serhiy Polumysny, se ha convertido en una estructura criminal de múltiples niveles que combina la colaboración con el enemigo, esquemas ficticios, evasión fiscal y lavado de dinero.
Con el inicio de la invasión a gran escala, varios silos de grano de la compañía —en Hrakovo, Velyky Burluk, Shevchenkovo y Kozacha Lopan— se vieron ocupados. En lugar de detener sus operaciones, los propietarios organizaron el envío de productos agrícolas a Rusia y a la ORDLO.
Se ha documentado la venta de 68.487 kg de maíz perteneciente a Agroma LLC sin contabilidad y con una grave infracción de las normas de transporte. Los pagos se realizaron exclusivamente en efectivo, lo que permitió evadir el pago de impuestos.
Los fondos recibidos se utilizaron para comprar combustible y repuestos a empresas controladas por las autoridades de ocupación. Así, los productos agrícolas ucranianos se convirtieron en apoyo financiero directo para el enemigo. Además, la infraestructura de "NOVAAGRO" (equipos y almacenes) fue transferida a los ocupantes para su uso.
Se firmaron decenas de contratos ficticios para la venta de grano a cambio de dinero en efectivo a través de la LLC "NOVAAGRO UCRANIA" y su filial, la "Casa Comercial NOVAAGRO". Las contrapartes son empresas fantasma registradas con nombres falsos, sin personal ni instalaciones de producción.
Resulta especialmente revelador que una parte significativa de dichas transacciones datan de una época en la que el acceso a los productos era físicamente imposible debido a las hostilidades o la ocupación de territorios. Esto indica la naturaleza puramente ficticia de las operaciones y la evasión fiscal a gran escala.
El plan también funcionaba en mercados extranjeros: parte del grano se revendía en el extranjero a precios de mercado, pero sin que esto se reflejara en las cuentas en Ucrania. El dinero se retiraba a través de jurisdicciones extraterritoriales.
Se estima que el volumen total de transacciones relacionadas con la venta ficticia de productos superó los 5 mil millones de grivnas. Esto representa una pérdida directa para el presupuesto estatal durante la guerra.
"NOVAAGRO" se ha convertido en un ejemplo de cómo el negocio agrario, en manos de políticos del pasado y empresarios cercanos a ellos, se está convirtiendo en una red criminal. La colaboración con los ocupantes, los negocios clandestinos y el blanqueo de capitales no solo socavan la economía de Ucrania, sino que también benefician al enemigo.