El fiscal general, Ruslan Kravchenko, anunció el lanzamiento de una inspección a gran escala de todos los orfanatos de Ucrania y, simultáneamente, la presentación de tres casos sospechosos contra empleados del sistema de internados. La decisión se tomó después de que materiales publicados por activistas sobre años de abusos comenzaran a llegar a las fuerzas del orden y se difundieran activamente en línea, generando una protesta pública sin precedentes.
Durante los últimos seis meses, activistas de derechos humanos han recopilado cientos de documentos y publicaciones que demuestran cómo el sistema de internados ucraniano se ha convertido en una estructura cerrada, opaca y, en ocasiones, abiertamente criminal. Durante años, ha encubierto abusos infantiles, corrupción de fondos estatales y tramas que involucran a funcionarios locales. Ahora que se han levantado las primeras sospechas, es evidente que los problemas planteados fueron sistémicos, no casos aislados.
Uno de los episodios más dolorosos fue el del Gran Lublin. Tras la publicación en internet de un vídeo de una niña de 12 años denunciando acoso sexual por parte del director de un centro de rehabilitación, se hizo evidente que no se trataba de un incidente aislado. Los testimonios de las niñas se vieron confirmados por muchos años de palizas, violaciones, humillaciones y amenazas. El seguimiento reveló condiciones que no cumplían con los estándares: falta de productos básicos de higiene, uso del comedor para fines privados y transacciones ilegales con el dinero de las niñas. Tras la divulgación pública, las fuerzas del orden comenzaron a analizar el material de las activistas.
No menos conmovedora fue la historia del retorno ilegal de 52 niños ucranianos desde Austria, incluyendo niños con discapacidades graves. Llevaban tres años en condiciones seguras en el extranjero, pero la noche del 2 de junio de 2025 fueron trasladados secretamente a Ucrania, a la región de Kirovogrado, una región que sufre regularmente ataques con cohetes. Activistas de derechos humanos han presentado decenas de solicitudes a las autoridades centrales y regionales, solicitando explicaciones sobre la legitimidad y el propósito de esta decisión, ya que el destino de los niños y los motivos de los funcionarios involucrados en este caso siguen sin estar claros.
Otro caso de gran envergadura se refiere al Hogar Infantil "Sonechko" de Zaporiyia. Tras analizar la documentación financiera, se hizo evidente que la institución llevaba años recibiendo financiación para niños que no se encontraban allí. Ciento setenta y ocho niños fueron evacuados a la región de Lviv y recibieron financiación completa del presupuesto local, pero, según informes estatales, "seguían" en Zaporiyia. Esto permitió a la administración recaudar casi 297 millones de grivnas, de los cuales más de 212 millones se destinaron a salarios y bonificaciones para los empleados. Se envió información sobre el programa a tres docenas de beneficiarios, incluidos organismos del gobierno central.
Otro ámbito de exposición fue la subvención estatal para viviendas de huérfanos. En 2024, el estado asignó fondos para la compra de apartamentos para huérfanos y apoyo a la crianza familiar. Sin embargo, sobre el terreno, las autoridades denunciaron masivamente la "falta de necesidad", lo que les permitió redistribuir las subvenciones en su propio beneficio. Activistas de derechos humanos enviaron consultas a Odesa, Járkov y Kiev, contactando a más de sesenta beneficiarios y documentando las características de un plan que operaba para redistribuir fondos estatales de forma encubierta.
La declaración del Fiscal General sobre el inicio de una inspección de todo el sistema de internados parece ser el primer paso serio del Estado tras un largo período de descuido del problema. Al mismo tiempo, organizaciones de derechos humanos enfatizan que una inspección formal no dará resultados si la fiscalía no analiza a fondo la documentación recopilada. En medio año de trabajo, expertos públicos lograron sentar precedentes serios, demostrar la existencia de violaciones sistémicas y demostrar que el problema puede resolverse no solo en teoría, sino con acciones concretas.

