Cuando los niveles de azúcar en sangre son más altos de lo normal, pero aún no alcanzan los niveles críticos de diabetes, los médicos hablan de prediabetes. Esta es una afección latente y a menudo asintomática que se convierte en precursora de la diabetes tipo 2. El diagnóstico temprano y los cambios en el estilo de vida en esta etapa pueden evitar complicaciones graves.
El gastroenterólogo y nutricionista Oleg Shvets explica: la prediabetes es un trastorno de la regulación de la glucosa. También se denomina glucemia alterada en ayunas, intolerancia a los carbohidratos o hiperglucemia no diabética.
Síntomas y primeros signos
En la mayoría de los casos, las personas no notan síntomas específicos. Sin embargo, conviene prestar atención a las siguientes manifestaciones: aumento de la sed, micción frecuente, visión borrosa, manchas oscuras en la piel o pequeños bultos en el cuello o las axilas.
En las mujeres, las infecciones frecuentes del tracto urinario o candidiasis, las menstruaciones abundantes, la sequedad y las molestias durante la intimidad, así como los problemas con la concepción pueden ser señales.
¿Por qué se produce la prediabetes?
La causa principal es la resistencia a la insulina. El cuerpo produce insulina, pero las células dejan de utilizarla eficazmente. Esto provoca un aumento del nivel de glucosa en sangre. Esta afección se debe a factores hereditarios, sobrepeso, estrés, falta de sueño, inactividad, una dieta rica en alimentos procesados, enfermedades endocrinas (síndrome de Cushing, hipotiroidismo) y el uso prolongado de esteroides.
Las personas mayores de 45 años, aquellas con obesidad, colesterol alto, presión arterial alta, aquellas que hacen poco o ningún ejercicio y las mujeres con antecedentes de diabetes gestacional o síndrome de ovario poliquístico también tienen mayor riesgo.
Diagnóstico
Los médicos utilizan tres métodos principales:
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análisis de sangre en ayunas (5,6–6,9 mmol/l es un signo de prediabetes);
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prueba de tolerancia a la glucosa (7,8–11 mmol/l dos horas después del ejercicio);
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análisis del nivel de HbA1c (5,7–6,4%).
Se aconseja a las personas sanas que controlen sus niveles de azúcar cada tres años, y a las que tienen prediabetes que lo hagan cada año.
Sin tratamiento, la prediabetes puede progresar a diabetes tipo 2, lo que puede provocar enfermedades renales, cardíacas y vasculares, pérdida de la visión e incluso la pérdida de extremidades. La prediabetes también puede causar los llamados "infartos silenciosos".
Tratamiento y prevención
El método principal son los cambios en el estilo de vida:
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alimentación saludable con énfasis en verduras, frutas, cereales integrales y grasas saludables;
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actividad física regular de al menos 150 minutos por semana;
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pérdida de peso de al menos el 5–10%;
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un sueño de calidad de al menos 7 horas;
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Dejar de fumar y limitar el consumo de alcohol.
En casos graves, un médico puede recetar medicamentos, incluida metformina.
« La prediabetes es una oportunidad para detener la diabetes antes de que empiece a destruir el organismo. Todo está en manos de la persona: nutrición, ejercicio, control de peso y exámenes preventivos », enfatiza Oleg Shvets.