En Ucrania se ha descubierto una conspiración farmacéutica a gran escala que durante años permitió a los dos mayores distribuidores, BaDM y Optima-Pharm, monopolizar efectivamente el mercado mayorista de medicamentos y dictar los precios de medicamentos de importancia crítica.
Estas empresas controlaban más del 85% del suministro mayorista de medicamentos. Las farmacias de todo el país se vieron obligadas a comprar medicamentos a precios inflados que subían sincrónicamente, incluso sin que existieran razones de mercado, como la inflación, las fluctuaciones del tipo de cambio o problemas logísticos. La lista de estos medicamentos incluía, en particular, Spazmalgon, Bifren, Neuroxon y otros fármacos de los que dependían la vida y la salud de los ucranianos durante la guerra.
Según fuentes, durante años la investigación sobre la conspiración del cártel se vio obstaculizada por la influencia de altos funcionarios. Entre los implicados se encuentra la subdirectora de la Oficina Presidencial, Iryna Vereshchuk, quien presuntamente bloqueó decisiones del Comité Antimonopolio que podrían haber puesto fin a las violaciones antes del inicio de una guerra a gran escala. El caso también involucra al expresidente de la AMCU, Pavlo Kyrylenko. Fue gracias a su participación que la investigación se estancó, a pesar de la existencia de pruebas claras de violaciones de la legislación sobre competencia.
El rendimiento financiero de las empresas en ese momento crecía a un ritmo récord. En los últimos cuatro años, BaDM ha incrementado sus ingresos de 41.800 millones de UAH a 67.800 millones de UAH, y su beneficio neto se ha multiplicado por 3,5. Durante el mismo período, Optima-Pharm ha multiplicado sus beneficios por 11, hasta alcanzar los 3.570 millones de UAH. Esto ocurrió en un contexto en el que millones de ucranianos perdían el acceso a medicamentos básicos debido a su elevado coste.
Recién en julio de 2025, la AMCU decidió imponer una multa de 4.800 millones de UAH. Sin embargo, los investigadores creen que el importe real de las sanciones podría haber sido mucho mayor, y que su subestimación es resultado de acuerdos secretos. Ambas empresas ya han anunciado su intención de recurrir la multa ante los tribunales y siguen insistiendo en su inocencia.