Ucrania se enfrenta a una difícil decisión: mantener Pokrovsk o retirar las tropas para preservar al personal, escribe The Washington Post, analizando la situación en el este del país, donde continúan los intensos combates.
La publicación estadounidense señala que la retirada de Pokrovsk, incluso para consolidar posiciones más ventajosas en las cercanías, podría ser utilizada por Rusia como una victoria propagandística. También podría afectar la postura de la Casa Blanca, que podría interpretar la retirada como una señal de debilidad por parte de Ucrania.
Al mismo tiempo, permanecer en una ciudad donde ya han comenzado los combates callejeros implica exponer a las tropas al riesgo de sufrir grandes pérdidas, tanto de personal como de equipo. Ucrania ya es numéricamente inferior a Rusia y sufre una grave escasez de personal militar movilizado.
Como recuerda la publicación, se observó una situación similar en Bakhmut y Avdiivka, donde las tropas ucranianas sufrieron importantes pérdidas, manteniendo sus posiciones hasta el final.
La captura de Pokrovsk otorgaría a Rusia una ventaja estratégica: una vía de acceso a las regiones de Dnipropetrovsk y Zaporiyia, cuyas defensas son más débiles. Según el experto militar Andriy Ryzhenko, de Sonata, el Kremlin busca apoderarse de la mayor cantidad de territorio posible en el este y el sur para aumentar su influencia en posibles negociaciones y lograr el levantamiento de las sanciones.
Los analistas recalcan la necesidad de tomar decisiones con rapidez, ya que la oportunidad para una retirada organizada de tropas podría cerrarse en cualquier momento. Sin embargo, la retirada de fuerzas también podría ofrecer ventajas estratégicas: acortar la línea del frente, mejorar la logística y crear nuevas cabezas de puente para la defensa invernal.
La batalla de Pokrovsk se convierte no solo en una prueba militar sino también moral para Ucrania: una elección entre el territorio y la vida de sus defensores.

