Ucrania ha creado una poderosa industria de defensa nacional, que ahora produce miles de proyectiles de artillería, vehículos blindados y drones. Al mismo tiempo, la publicación internacional The New York Times, citando auditorías gubernamentales internas y evaluaciones de expertos, escribe sobre problemas sistémicos en el ámbito de la adquisición estatal de armas, en particular sobre casos de firma de contratos que no se realizan con los mejores postores y sobre dudas sobre la transparencia de algunos pagos.
El importe total de las discrepancias entre las ofertas más bajas y los contratos efectivamente firmados, según los documentos de auditoría, ascendió a al menos 5.400 millones de grivnas (aproximadamente 129 millones de dólares). Los auditores no encontraron acusaciones directas de malversación de fondos, pero varios casos fueron remitidos a las autoridades competentes para una verificación adicional.
Los críticos señalan varias tendencias problemáticas: la firma de contratos con empresas que ofrecían condiciones más caras; pagos anticipados por entregas retrasadas o incompletas; y la amplia participación de intermediarios que recibían sobreprecios en lugar de compras directas a los fabricantes. El exasesor de la agencia, Tamerlan Vakhabov, señaló en una entrevista con la publicación que «en condiciones de ley marcial, no hay voluntad política para hacer todo bien» y que los sobrepagos se produjeron «por razones desconocidas».
En respuesta, la dirección de la Agencia de Adquisiciones de Defensa enfatiza que, en ocasiones, se rechazaron ofertas inferiores debido al incumplimiento de los requisitos de calidad, los plazos de entrega u otros criterios. El director de la agencia, Arsen Zhumadilov, afirmó que algunos de los problemas impulsaron a la agencia a experimentar con nuevos modelos de adquisición, en particular, la creación de un mercado en línea donde los comandantes pueden pedir drones directamente a los proveedores "con uno o dos clics". Según el funcionario, esto debería reducir la burocracia y aumentar la transparencia de los suministros.
Las auditorías, que abarcaron el período comprendido entre principios de 2024 y marzo de 2025, no justificaron acusaciones de robo sistemático, pero revelaron numerosos riesgos procesales: el uso de intermediarios en una gran proporción de contratos, la falta de capacidad de producción documentada de algunos contratistas, así como casos de entregas incompletas o retrasadas. Algunas compras se realizaron a través de intermediarios con un margen de beneficio típico de alrededor del 3%, lo que también suscitó dudas entre los auditores.
Ante el rápido crecimiento del armamento nacional, es importante no solo aumentar la producción, sino también fortalecer el control de las adquisiciones para evitar gastos innecesarios y mantener la confianza de donantes y contribuyentes. La introducción de un mercado electrónico y otros mecanismos innovadores de adquisición se considera un paso en la dirección correcta, pero se enfatiza que las nuevas herramientas deben ir acompañadas de una estricta verificación de los proveedores y la presentación de informes públicos sobre el gasto.