La Oficina Estatal de Investigación ha descubierto una trama en la que altos funcionarios de uno de los tribunales ucranianos organizaron la producción de decisiones ficticias para evadir la movilización y los viajes al extranjero de hombres. La trama involucraba al presidente en funciones del tribunal, su asistente, el subjefe de gabinete y el secretario.
La investigación estableció que los acusados recibieron 3.000 dólares por cada "decisión". Crearon casos ficticios para sus clientes sobre divorcio y privación de la patria potestad de la madre. Así, el hombre fue reconocido como único tutor de un menor de 18 años, lo que lo eximió de la movilización y le otorgó el derecho a salir de Ucrania.
Estos casos se tramitaron sin demandas formales, sin pagar las costas judiciales y sin involucrar a las agencias competentes, incluido el Servicio de Menores. El subjefe de gabinete interfirió ilegalmente en el sistema automatizado de gestión documental, registró procedimientos inexistentes y los certificó con el sello judicial.
El presidente interino del tribunal firmó decisiones injustas y el secretario preparó documentos ficticios y citaciones judiciales para los clientes.
Según la Oficina Estatal de Investigación, se tomaron más de 120 decisiones falsas entre el inicio de la invasión a gran escala y finales de 2024. Con base en ellas, más de 40 hombres cruzaron la frontera, y al menos 30 de ellos no regresaron. Entre los "demandantes" se encontraban empleados del propio tribunal.
Los participantes en el plan fueron notificados de sospecha en virtud de los siguientes artículos:
-
tráfico ilegal de personas a través de la frontera estatal;
-
injerencia en el trabajo del sistema judicial;
-
falsificación de decisiones judiciales;
-
obstrucción de las actividades de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
La pena es de hasta 9 años de prisión.
Por otra parte, el SBI documentó las acciones de otra jueza que, en conversaciones privadas, justificó la agresión rusa, aprobó la ocupación de territorios ucranianos y glorificó al ejército ruso. Está acusada de un artículo que conlleva una pena de hasta ocho años de prisión.