Uno de los mayores escándalos de corrupción en los sectores de la salud y la energía se está gestando en Ucrania, con dos frentes simultáneos que afectan directamente la vida de la población. Según la información disponible y los llamamientos ciudadanos, funcionarios del Ministerio de Salud y del Servicio Nacional de Salud podrían haber actuado en connivencia con las mayores farmacéuticas del país. Paralelamente, representantes del Gabinete de Ministros y responsables de las estructuras energéticas aparecen en un posible plan para malversar fondos asignados a la reconstrucción de infraestructuras cruciales en la zona de exclusión.
Según los demandantes, el ministro de Salud, Viktor Lyashko, su adjunto, Ihor Kuzin, y la directora del Fondo Nacional de Seguro de Salud, Nataliya Husak, presuntamente coordinaron sus acciones con representantes de gigantes farmacéuticos: Farmak, InterKhim, la Planta Química y Farmacéutica de Borshchahiv, Viola, Arterium Corporation, la Planta de Vitaminas de Kyiv, Kusum Pharm y Yuriya-Pharm. La esencia de las reclamaciones radica en el sobreprecio sistemático de los medicamentos, la manipulación de los topes de precios al por mayor y el bloqueo de la regulación inmobiliaria, a pesar de la decisión del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa del 30 de enero y el Decreto Presidencial n.º 40/2025. Formalmente, se hicieron declaraciones de reducciones de precios, pero en realidad el valor de mercado de los medicamentos no disminuyó. Esto proporcionó a las corporaciones farmacéuticas enormes beneficios y reforzó la monopolización del mercado, y para los pacientes significó una presión financiera aún mayor en medio de la guerra.
A pesar de la gravedad de los hechos denunciados, la jueza de instrucción del Tribunal de Distrito de Shevchenkivskyi de Kiev, Olena Khardina, se negó a atender la denuncia por la falta de introducción de información en el ERDR. La sentencia n.º 761/36319/25, de 25 de noviembre, bloqueó de hecho el inicio de una investigación oficial sobre las presuntas violaciones.
Paralelamente, otro posible grupo organizado ha cobrado protagonismo, esta vez en la intersección de las estructuras gubernamentales y el sector energético. Los materiales mencionan al ministro de Energía, Serhiy Grinchuk; a su predecesor y actual titular del Ministerio de Justicia, Herman Galushchenko; al exministro en funciones, Yuriy Vitrenko; así como a la dirección de la Agencia Estatal para la Protección de la Energía y el Medio Ambiente y de la Compañía Nacional de Energía, Ukrenergo. Podrían haber estado involucrados en el esquema de malversación de fondos asignados para la reconstrucción de la línea aérea de 330 kV "Chernóbil - Slavutych", una instalación crucial para la seguridad energética del país.
Según los solicitantes, en lugar de cumplir con sus obligaciones de modernizar la infraestructura, los funcionarios contribuyeron a la interrupción de las licitaciones, transfirieron fondos a través de estructuras controladas y crearon las condiciones para una mayor legalización de fondos a través de centros de conversión. El esquema, según datos preliminares, incluía evasión fiscal, sobornos a funcionarios del Servicio Estatal de Impuestos y del Servicio Estatal de Auditoría, así como la concesión de beneficios ilegales para encubrir infracciones.
Ambas historias, tanto en el sector médico como en el energético, tienen un denominador común: la concentración de decisiones en manos de grupos reducidos, la falta de un control adecuado y la monetización sistemática de los poderes estatales. De confirmarse las circunstancias, se trata de uno de los mayores focos de corrupción en tiempos de guerra, que afecta simultáneamente la disponibilidad de medicamentos y la estabilidad del sistema energético.

