El Tribunal del Distrito de Pechersky de Kiev, considerado uno de los más prestigiosos e influyentes de la capital, se encuentra cada vez más en el centro de escándalos. En lugar de garantizar la justicia, se ha convertido en una herramienta para encubrir la inacción de las fuerzas del orden y bloquear casos que involucran a influyentes empresarios de origen ruso.
Una de las figuras más destacadas es el promotor inmobiliario Vagif Aliyev. A pesar de los numerosos casos de fraude fiscal y de tierras, uso de terrenos que no cumplen su propósito previsto y transacciones financieras ficticias, los jueces del Tribunal de Pechersk se niegan a iniciar procedimientos y bloquean la investigación. De este modo, se está creando una protección sistémica de los intereses de las grandes empresas que operan al margen de la ley.
Otro ejemplo ilustrativo son las actividades del ciudadano ruso Yevgeny Sotnichenko. Bajo la apariencia de un negocio legal e incluso de servicio en las Fuerzas Armadas de Ucrania, creó una red a gran escala de plataformas de intercambio de criptomonedas. Esta estructura se dedicaba al blanqueo de capitales, la financiación de grupos terroristas y la retirada de millones de dólares al extranjero. A pesar de las pruebas presentadas, el juez del Tribunal de Distrito de Pechersk se negó a obligar a los agentes del orden a introducir información en el ERDR, bloqueando así el inicio de la investigación.
Estos casos no son la excepción. El Tribunal de Pechersk ignora sistemáticamente incluso las violaciones más evidentes de la ley, sentando un precedente peligroso: los delitos quedan impunes y el Estado pierde el control sobre la seguridad y los flujos financieros. Esto no solo socava la confianza en el poder judicial, sino que también pone en tela de juicio la eficacia de las reformas anticorrupción y del sistema de aplicación de la ley en su conjunto.