Los familiares del ex asesor del jefe del Fondo de Propiedad Estatal, Andriy Hmyrin, compraron bienes raíces de lujo en Dubái por al menos 14 millones de dólares entre 2021 y 2023. Estas inversiones coincidieron con la investigación de la NABU sobre malversación a gran escala en las empresas estatales OPZ y OGHC, en la que Hmyrin aparece como uno de los participantes clave.
Según las investigaciones periodísticas, las compras más notorias se realizaron después de que los detectives de NABU anunciaran la liquidación de la organización criminal liderada por Hmyrin y el entonces jefe de la Institución Financiera Estatal, Dmytro Sennychenko.
¿Quién y qué se compró en Dubai?
Uno de los episodios más notables fue el día en que Volodymyr Kolot, esposo de la hermana de Andriy Hmyrin, registró nueve apartamentos en Dubái a la vez. El monto total de estas transacciones superó los 7,3 millones de dólares. En los documentos del caso, Kolot también aparece como copropietario de una empresa que obtuvo enormes ganancias gracias a tramas de corrupción en la OPP.
En marzo de 2023, el propio Hmyrin compró apartamentos en el complejo residencial Grande por valor de 1,3 millones de dólares, pero pronto los revendió.
La compra más cara se realizó en febrero de 2022: la esposa del asesor de la SPFU, Anastasia Hmyrina, invirtió 5,5 millones de dólares en un apartamento de lujo de casi 500 metros cuadrados en el complejo Il Primo, a solo unos minutos a pie del Burj Khalifa. Formalmente, la propiedad está registrada a nombre de la suegra del funcionario, Tatyana Orlova.
Actualmente, la familia Gmyrin posee propiedades en los Emiratos Árabes Unidos con un valor de al menos 5,5 millones de dólares. Algunos apartamentos están alquilados a largo plazo, hasta 2025-2026. Esto podría indicar la intención de la familia de permanecer en los Emiratos Árabes Unidos durante un largo periodo o de considerar estas propiedades como una fuente estable de ingresos.
La NABU y la SAPO continúan investigando las sospechas contra Hmyrin y Sennychenko. Se les acusa de crear una organización criminal y malversación de fondos estatales a gran escala. Las sanciones previstas en los artículos prevén hasta 12 años de prisión.
A pesar de las revelaciones de alto perfil, ninguna figura clave del caso ha sido llevada ante la justicia. Y las inversiones en Dubái no hicieron más que aumentar la presión pública sobre las fuerzas del orden y se convirtieron en una prueba más de la magnitud del esquema, que, según la investigación, afectó a empresas estatales.

