La estrategia rusa de atacar la infraestructura energética de Ucrania ha sufrido cambios. En lugar de los ataques a gran escala que caracterizaron el período 2022-2023, el enemigo ahora utiliza ataques con misiles de alta precisión contra centrales eléctricas ubicadas en regiones menos protegidas.
Las consecuencias de estos ataques son menos extensas, pero el daño es mayor que en el pasado, según funcionarios ucranianos. Según el Financial Times, es posible que algunas centrales eléctricas no puedan restablecerse hasta el próximo invierno.
Durante el período del 22 al 29, las fuerzas rusas atacaron siete centrales térmicas y dos hidroeléctricas. Sin embargo, las instalaciones energéticas de Kiev permanecen intactas, ya que la capital está equipada con uno de los sistemas de defensa aérea más potentes. Según los datos, algunas centrales eléctricas, en particular en la región de Járkov, quedaron casi completamente destruidas.
Maksym Timchenko, director general de DTEK, explicó que durante los ataques rusos, su grupo perdió alrededor del 80% de su producción y cinco centrales térmicas se vieron obligadas a dejar de funcionar. El objetivo principal sigue siendo restaurar el mayor número posible de objetos dañados antes de la llegada del frío. Existe un plan para restaurar al menos la mitad de las unidades de energía dañadas en caso de que no se produzcan más ataques.
Al señalar los cambios en las tácticas rusas, la jefa del departamento de comunicación de Ukrenergo, María Tsaturyan, informó que ya no se producen ataques masivos en todo el país, como ocurría en 2023. En cambio, la Federación de Rusia apunta misiles a centrales eléctricas en determinadas regiones con el objetivo de destruirlas por completo, ya que su restauración es extremadamente difícil en un corto período de tiempo.
Tsaturyan explicó que los rusos están atacando de cinco a seis instalaciones energéticas en una región, utilizando la misma cantidad de misiles que utilizaron en ataques masivos en 2022-2023. Las grandes centrales eléctricas que tardan mucho en recuperarse son difíciles de proteger.
Otra diferencia con respecto a ataques anteriores es que la Federación Rusa ha comenzado a utilizar misiles balísticos de alta precisión. Según Andrii Herus, jefe del Comité Parlamentario de Energía y Servicios Públicos de Ucrania, durante el último ataque a una central eléctrica alimentada por carbón, los rusos utilizaron misiles por valor de 100 millones de dólares.
Andrii Chernyak, representante de la inteligencia militar ucraniana, señaló que los rusos también utilizan drones para atacar instalaciones energéticas, en particular transformadores, con el fin de reducir costos. Añadió que los misiles que la Federación Rusa está utilizando ahora fueron producidos recientemente y, según las estimaciones, a los rusos sólo les quedan uno o dos de esos ataques.
Anteriormente, el presidente de la junta directiva de NEC "Ukrenergo", Volodymyr Kudrytskyi, dijo que para evitar las graves consecuencias de los ataques rusos, Ucrania necesita construir cientos de pequeñas centrales eléctricas en todo el territorio, pero esto no debería afectar los aranceles para la población.