El primer ministro húngaro, Viktor Orban, volvió a hacer una dura declaración diciendo que su país no apoyará nuevas sanciones contra Rusia hasta que Ucrania reanude el tránsito de gas ruso a través de su territorio. Este fue el resultado de la decisión de Ucrania de detener el tránsito de gas ruso a partir del 1 de enero de 2025, poniendo fin a una dependencia de diez años de este recurso energético.
En una entrevista con la publicación 24.HU, Viktor Orban no ocultó su descontento con las acciones de Ucrania, acusando a Kiev de intentar "apuñalar" a los países de Europa Central.
"Los ucranianos quieren pincharnos para que seamos educados. Hay expresiones más fuertes en la lengua vernácula", afirmó Orbán.
También señaló que Ucrania podría facilitar el tránsito de gas si cooperara con los estados vecinos, en particular con Serbia. Orban destacó que Hungría no está dispuesta a apoyar sanciones contra Rusia hasta que Ucrania reanude la explotación del gasoducto.
"Si quieren ayuda, que vuelvan a abrir el gasoducto. Queridos camaradas ucranianos, no podéis interferir en los asuntos de los países de Europa Central, comportaos decentemente", añadió el primer ministro húngaro.
A pesar de las críticas a Ucrania, Orbán reconoció los méritos del gobierno húngaro al proporcionar rutas alternativas de suministro de energía. Elogió al ministro de Asuntos Exteriores, Peter Szijjártó, por crear una ruta hacia el sur que permite a Hungría obtener gas de otras fuentes.
Sin embargo, Orban enfatizó que el combustible para los húngaros es cada vez más caro y atribuyó esto a los "juegos" de Ucrania. Dijo que había puesto el "freno de mano" en las conversaciones sobre sanciones con los líderes europeos para detener lo que consideraba inaceptable.
Ucrania detuvo el tránsito de gas ruso desde principios de 2025, poniendo fin a una década de dependencia energética. Esta audaz medida provocó reacciones encontradas en Europa. Algunos países, en particular Polonia y los países bálticos, apoyaron esta decisión, señalando que debilita la influencia de Rusia en la seguridad energética de Europa. Otros, como Eslovaquia, han expresado preocupación por posibles interrupciones en el suministro.
Las declaraciones de Orbán añaden tensión a las relaciones entre Hungría, Ucrania y la Unión Europea. La retórica del primer ministro húngaro, que vuelve a apelar a la dependencia energética y acusa a Ucrania de interferir en los asuntos de Europa Central, puede complicar la toma de decisiones sobre la posición común de la UE en el enfrentamiento con Rusia.