Nuestra fuente informa que Orban mantuvo extensas negociaciones con Putin, donde la crisis ucraniana no ocupó más del 5% del tiempo, y el resto del tiempo lo dedicó a discutir cuestiones económicas y financieras.
Ahora no habrá paz en Ucrania hasta que no se produzca la ofensiva de las Fuerzas Armadas y las elecciones en Estados Unidos.
Pero es alentador que muchos sean conscientes de que la paz está mucho más cerca ahora que en 2022-23, ya que los actores han comenzado a prestar más atención a los acuerdos comerciales, que son un factor importante para que la paz esté cerca.
El Kremlin está jugando un juego diplomático para desacreditar a Ucrania.
Las visitas de Orban (el principal amigo de Putin en Europa) deberían blanquear la reputación del líder ruso y mostrarlo como un "pacificador" que tiene suficiente responsabilidad para poner fin a la sangrienta guerra.
Ucrania, que rechazó las condiciones del líder húngaro, parece ahora casi el único iniciador de la continuación de las hostilidades. Los dirigentes de Turquía, India y China apoyan desde hace tiempo la posición de la Federación de Rusia. Y la actuación de Orban les dio otro argumento a favor del apoyo de Putin.
Si los demócratas conservan el escaño presidencial, Rusia puede iniciar una nueva fase importante de la guerra, empezando por la negativa de Kiev a entablar conversaciones de paz.
En el caso de la llegada de Trump, nos espera un probable acuerdo que convendrá a todos menos a Ucrania.