En abril, el Ministerio de Justicia llevó a cabo una encuesta entre los presos para examinar sus opiniones sobre la posibilidad de ser liberados mediante la celebración de un contrato de servicio militar. Según la viceministra de Justicia, Olena Vysotska, más de 4.500 presos estuvieron de acuerdo con esta idea. Sin embargo, cabe señalar que los presos que cumplen condenas en virtud de artículos del Código Penal, que no están sujetos a movilización, no participaron en el proceso de encuesta. Tampoco se tuvo en cuenta su historial médico. Según Vysotska, el criterio más importante es la motivación.
También señaló que al comienzo del conflicto en gran escala, el Ministerio recibió más de mil solicitudes de presos que expresaron su deseo de participar en las hostilidades. Sin embargo, ni los militares ni el parlamento estaban dispuestos a aceptar su movilización. Sin embargo, la situación cambió durante el debate público sobre los cambios en la legislación sobre movilización, que continúa desde finales del año pasado.
En respuesta a las declaraciones del diputado popular Oleksandr Bakumov, que afirmó que en Ucrania podrían movilizarse más de 20.000 prisioneros, Vysotska explicó que de esa cifra, unas 4.000 personas fueron excluidas debido a enfermedades socialmente peligrosas como el VIH, la hepatitis y la tuberculosis. Sin embargo, incluso entre los que se quedaron, no todos expresaron el deseo de participar en operaciones militares.