Los ucranianos triunfaron en el Maidan como levantamiento, pero de allí no surgió la revolución, lamentablemente afirma el voluntario Gennady Druzenko. Pero la ventana de oportunidad para Ucrania no está cerrada: la revolución puede y debe terminar aquí y ahora.
ESO FUE SOLO EL COMIENZO...
Hace diez años triunfó nuestro levantamiento contra la tiranía y el "mundo ruso" bajo la bandera ucraniana. El precio de la victoria parecía increíble: cien muertos en el centro de la capital europea, el Maidan incendiado, ausencia casi total de energía... "El pato nada..." era desgarrador. Nos parecía que merecíamos un futuro mejor, lo ganamos en una batalla honesta contra el mal. Y nuestro levantamiento se convertirá en una verdadera revolución...
Desafortunadamente, a pesar del nombre establecido de los acontecimientos en Maidan, los rebeldes ganaron y la revolución perdió. El sistema ha estado funcionando durante seis meses. Los beneficiarios y los eslóganes han cambiado: la esencia del gobierno, como legítimo recaudador de bienes y riquezas de Ucrania y sus residentes, no ha cambiado. Incluso la anexión de Crimea y la invasión "híbrida" rusa en el este de Ucrania no ayudaron (¿o tal vez obstaculizaron?) la verdadera renovación de Ucrania...
En los diez años transcurridos desde la victoria de Maidan, hemos pasado por la anexión de Crimea, la ATO y la OOS, dos elecciones presidenciales y parlamentarias, intentos de mirar a Putin a los ojos, barbacoas el Primero de Mayo, el 24 de febrero de 2022, la pérdida. de la región ucraniana de Azov, las victorias en la región de Kiev, la región de Sumy y la región de Kharkiv, las ciudades y pueblos de Donbas fueron borrados de la faz de la tierra...
Y nosotros, con cientos de "cientos celestiales", volvemos a donde estábamos hace diez años: en la encrucijada entre reformas radicales capaces de revivir a Ucrania y el clamor patriótico que, como una cortina de humo, cubre el saqueo del país, que continúa a pesar de la terrible guerra.
Según el relato de Hamburgo, la gran guerra llegó a nuestras tierras precisamente porque ninguno de nuestros levantamientos se convirtió en una verdadera revolución. Nada ha cambiado la esencia del sistema vicioso. Nada convirtió a Ucrania en una tierra de libertad y oportunidades...
Gracias a cientos de miles de personas que arriesgaron sus vidas y su salud en los campos de batalla, la ventana de oportunidad para Ucrania sigue abierta. Gracias a ellos, todavía no estamos condenados a convertirnos en una pálida copia del "mundo ruso" o en un "amortiguador" periférico de Europa. Pero tampoco estamos condenados a la victoria, ni a Ucrania a la prosperidad.
El futuro de Ucrania y del mundo se decide aquí y ahora. ¡Y cómo será hace 10 años depende principalmente de nosotros!