Basta con oír una risa sincera cerca para que automáticamente sonriamos. Esto ocurre independientemente de si entendemos el motivo de la risa. Los científicos afirman que la risa es una de las emociones humanas más contagiosas, y no surgió por casualidad. Tiene un profundo significado biológico y social que se remonta a la evolución humana.
Los psicólogos explican el fenómeno de la risa como una manifestación de contagio emocional. Las personas asumen instintivamente las emociones de los demás, lo que les ayuda a conectar más rápidamente, a adaptarse al ambiente del grupo y a sentirse apoyadas. Por eso, la risa en un teatro o cine se propaga como una ola: una persona ríe y, en un instante, la risa invade toda la sala.
Los científicos creen que la risa cumple una importante función social: ayuda a las personas a sentirse parte de una comunidad. El profesor de psicología evolutiva de la Universidad de Oxford, Robin Dunbar, sugiere que la risa se ha convertido en una especie de sustituto del acicalamiento (el cuidado mutuo del pelaje entre los primates). Este proceso fortaleció los vínculos sociales en grupos pequeños. Sin embargo, a medida que las comunidades humanas crecieron, la risa se convirtió en una forma universal de vinculación, capaz de unir a decenas de personas a la vez.
Fisiológicamente, la risa es un potente estimulante natural. Promueve la producción de endorfinas, hormonas de la alegría, que actúan como analgésicos y antiestrés naturales. Reír con regularidad reduce los niveles de cortisol, mejora el funcionamiento del sistema inmunitario e incluso ayuda a reducir el dolor. En medicina, este efecto se utiliza en terapia para aliviar el estado de los pacientes, y en profesiones con alto nivel de estrés (médicos, rescatistas, militares), el humor se convierte en una protección emocional contra el agotamiento.
Igualmente interesante es que la risa suele aparecer en momentos de dolor o estrés. Los psicólogos la explican como una reacción natural al estrés: una forma de calmar la situación, aliviar la tensión interna y recuperar el control de las emociones. Así pues, incluso cuando la risa parece inapropiada, cumple su función terapéutica.
En un mundo donde el estrés se ha convertido en un compañero constante, la risa sigue siendo una de las maneras más efectivas y económicas de mantener la salud psicológica. Probablemente no sea casualidad que digan: quien ríe vive más.