Durante muchos años, los ucranianos han despedido el año viejo el 31 de diciembre y dado la bienvenida al nuevo el 1 de enero. Para la mayoría, este parece el único orden posible, ya que no quedan testigos vivos de otras épocas. Sin embargo, la historia ha conservado el recuerdo de otra fecha para el año nuevo: así nació el Año Nuevo Viejo en Ucrania. Aunque esta festividad es de carácter secular, está estrechamente ligada a las tradiciones populares y cristianas.
El Año Nuevo Antiguo surgió tras la reforma del calendario de 1918, cuando los ucranianos cambiaron del calendario juliano al gregoriano. La diferencia entre ambos es de 13 días, por lo que el antiguo "primero de enero", según el antiguo calendario, cae el 14 de enero según el nuevo. Es en este día que se celebra tradicionalmente el Año Nuevo Antiguo, y en 2026 la fecha se mantendrá sin cambios.
Para los ucranianos, el 14 de enero tiene un significado no solo secular, sino también religioso. Según el antiguo calendario eclesiástico, este día está dedicado a San Basilio el Grande. Por lo tanto, la mayoría de las costumbres y creencias asociadas con el Año Nuevo Antiguo tienen raíces cristianas.
El día anterior, en la noche de Malanka, llamada Shchedry, toda la familia se reunió a la mesa festiva. Se creía que había que recibir el Año Nuevo con ropa limpia y buen humor, para que el año siguiente fuera feliz y próspero. La mesa estaba generosamente servida: se sirvieron platos de carne y la comida concluyó con una generosa kutya.
En la mañana del 14 de enero, día de San Basilio, los jóvenes recorrían las casas sembrando. Llevaban grano, entraban en las casas y deseaban a los dueños prosperidad, salud y bienestar. Se creía que cuanto más generosamente se les daba a los sembradores, más próspero sería el año. También era costumbre en este día visitar a los ahijados, familiares y vecinos, sembrando grano en el umbral y el pasillo de la casa.
Los creyentes ucranianos asisten a los servicios religiosos el Año Nuevo Viejo. Dado que San Basilio es considerado el santo patrón de la porcicultura, los platos de cerdo son tradicionales y simbolizan la abundancia y la saciedad.
También había prohibiciones. Nuestros antepasados creían que la forma en que se recibe el Año Nuevo es la forma en que se pasa. Por lo tanto, el 14 de enero no se debe discutir, maldecir, recordar viejos agravios ni desearle el mal a los demás. También desaconsejaban prestar dinero o dejar la cartera vacía, ya que se creía que esto podría traer dificultades financieras durante todo el año.
A pesar de los calendarios cambiantes y el ritmo de vida moderno, el Año Nuevo Viejo sigue siendo un día especial para muchos ucranianos: una oportunidad tranquila y cálida para reunirse con la familia una vez más y desearse simbólicamente felicidad y prosperidad.

