La ansiedad constante, los problemas de sueño y la insuficiencia cardíaca pueden ser no solo consecuencia del estrés o la fatiga, sino también una señal de deficiencia de magnesio en el organismo. Los médicos advierten: la deficiencia de este mineral suele desarrollarse gradualmente y pasar desapercibida durante años, camuflándose como los síntomas habituales del estilo de vida moderno.
Así lo informa Wellbeing Nutrition, destacando que el magnesio es un elemento clave para más de 300 procesos bioquímicos del organismo. Interviene en la síntesis de proteínas y ADN, el funcionamiento del sistema nervioso y muscular, la regulación de la presión arterial y el mantenimiento de la fortaleza ósea. Por ello, la deficiencia de magnesio afecta a varios sistemas del organismo a la vez.
Los expertos llaman a la deficiencia de magnesio la "deficiencia invisible" porque sus síntomas suelen ignorarse o justificarse con otras causas. Los primeros síntomas incluyen calambres y espasmos musculares, calambres nocturnos en las piernas, tics en los párpados o una sensación constante de tensión corporal. Esto se debe a que el magnesio regula el movimiento del calcio en las células musculares y las ayuda a relajarse.
Otro signo común es la fatiga crónica y la debilidad que persiste incluso después del descanso. El magnesio es esencial para la producción de energía a nivel celular, y su deficiencia puede afectar la función mitocondrial, provocando disminución de la resistencia y fatiga.
Los trastornos del sueño también suelen asociarse con niveles bajos de magnesio. La dificultad para conciliar el sueño o un sueño intranquilo y superficial puede deberse a que este mineral no activa suficientemente el sistema nervioso parasimpático y afecta la producción de melatonina.
A nivel emocional, la deficiencia de magnesio se manifiesta en un aumento de la ansiedad, la irritabilidad o la depresión. Con la falta de este mineral, el cuerpo afronta peor el estrés y los niveles de cortisol aumentan, lo que aumenta la sensibilidad de la persona al estrés emocional.
En casos más graves, se presentan alteraciones del ritmo cardíaco: taquicardia, arritmias o molestias en el pecho. El magnesio desempeña un papel importante en la conducción de los impulsos eléctricos en el músculo cardíaco, por lo que su deficiencia puede aumentar el riesgo de complicaciones cardiovasculares.
La deficiencia de magnesio también puede causar problemas digestivos, como estreñimiento y náuseas, dolores de cabeza o migrañas frecuentes y, con el tiempo, debilitamiento de los huesos y las articulaciones. Dado que una parte significativa de las reservas de magnesio se concentra en el tejido óseo, la deficiencia crónica contribuye a la disminución de la densidad ósea y aumenta el riesgo de fracturas.
Las señales de alerta graves incluyen problemas de memoria y concentración, alteración de la regulación del azúcar en sangre y un sistema inmunitario debilitado. Las personas con diabetes, por ejemplo, suelen tener niveles bajos de magnesio, lo que dificulta el control de la glucosa y agrava los trastornos metabólicos.
Los expertos afirman que las principales causas de la deficiencia de magnesio son la dieta moderna con predominio de alimentos procesados, el estrés crónico, el consumo excesivo de alcohol, ciertas enfermedades y los cambios relacionados con la edad que perjudican la absorción del mineral.
Los médicos recomiendan prestar atención a las señales del cuerpo y, si sospecha que tiene deficiencia de magnesio, consultar a un médico para que examine y corrija su dieta o seleccione suplementos.

