La administración del presidente estadounidense Joe Biden está desarrollando una nueva estrategia para ayudar a Ucrania, diferente a la anterior. En lugar de centrarse en recuperar territorios ya capturados a Rusia, el nuevo plan se centra en repeler posibles nuevas ofensivas rusas.
La decisión de desarrollar una nueva estrategia se tomó después de la "fallida" contraofensiva de Ucrania el año pasado, cuando los esfuerzos por recuperar el territorio resultaron inútiles debido a las fortificadas líneas de defensa rusas.
Según el nuevo enfoque, se pondrá énfasis en ayudar a Kiev a repeler posibles nuevos ataques rusos, centrándose al mismo tiempo en lograr objetivos a largo plazo, como fortalecer el potencial de defensa y la economía de Ucrania.
El artículo también señala un cambio en el enfoque de la prestación de ayuda, en comparación con el año anterior, cuando se proporcionó equipo moderno y entrenamiento militar para repeler rápidamente a las fuerzas rusas. El nuevo enfoque tiene como objetivo reorientar a Ucrania como un país que mantiene su posición en el campo de batalla, pero se prepara para la estabilidad para finales de 2024.
Los gobiernos de Estados Unidos y sus aliados están preparando compromisos y programas específicos para un período de diez años destinados a apoyar operaciones militares a corto plazo y construir las futuras fuerzas armadas de Ucrania. También tienen en cuenta medidas para proteger, restaurar y ampliar la base industrial y exportadora de Ucrania, así como las reformas políticas necesarias para una plena integración en las instituciones occidentales.
La nueva estrategia está diseñada para evitar una demostración de fuerza por parte del presidente ruso Vladimir Putin en caso de que se repita una contraofensiva. Se espera que la administración Biden dé a conocer sus compromisos a largo plazo en un futuro próximo, aunque la solicitud de financiación adicional para Ucrania aún no ha recibido la aprobación del Congreso.
Es importante señalar que el éxito de esta estrategia dependerá en gran medida del apoyo de Estados Unidos, como el mayor donante de dinero y equipos, así como el coordinador de los esfuerzos multilaterales.