El sol, el mar, los olivos y la belleza arquitectónica no siempre son cura para la soledad. Un nuevo estudio de la Universidad de Emory, publicado por el New York Post , muestra una paradoja: la mayoría de las personas solteras no viven en áreas metropolitanas lluviosas, sino en rayos turísticos: Grecia y Chipre.
Los investigadores entrevistaron a 64,000 personas de 29 países y crearon la calificación de las naciones más solitarias. El top 10 también incluyó Eslovaquia, Italia, EE. UU., Israel, República Checa, Rumania, Bulgaria y Letonia. En particular, en los Estados Unidos, la soledad entre las personas de mediana edad resultó ser incluso más alta que los jubilados.
"Existe una creencia generalizada de que la soledad es un problema de vejez. Pero, de hecho, aquellos que tienen 40 años que aquellos que tienen 70 años en los Estados Unidos son más solitarios", dice el profesor Robin Richardson.
Las razones son familiares: falta de trabajo estable, problemas con la salud mental, dolencias físicas y aislamiento social. Pero los investigadores advierten que esta es una tendencia global que cubre todas las categorías de edad.
El profesor Estaban Calvo agrega:
"Las personas de mediana edad a menudo se sujetan entre las responsabilidades (trabajo, cuidado de padres de edad avanzada, criando hijos) y sufren una falta crónica de apoyo".
Esto también se agrega un nuevo fenómeno social: "El síndrome del beneficio perdido para las niñas ". Este concepto describe los sentimientos de las mujeres que no tienen una compañía cercana de mujeres, como en la serie "Sex and City" . En las redes sociales, este miedo está ganando popularidad entre más de 30 mujeres que confiesan que se sienten aisladas incluso en un día digital.
Eliza Becker, de 27 años, comparte:
"Estoy acostumbrado a hacer muchas cosas solo. Pero hay momentos en que hay una falta del mismo grupo de 'niñas que te entiende desde la mitad de una palabra".
Por supuesto, las tecnologías dan nuevas formas de comunicación, pero no siempre reemplazan la verdadera proximidad. La conclusión del estudio es inequívoca: la soledad no es la edad o la geografía. Es una epidemia mundial que requiere atención, cuidado y replanteamiento de los lazos sociales modernos.