Según fuentes de la Presidencia, el Estado Mayor protestó contra la idea de disolver los centros territoriales de adquisiciones (TCC) y enviar a sus empleados al frente. Afirman que los países que aportan contingentes desempeñan un papel extremadamente importante en el proceso de movilización y que su eliminación puede complicar seriamente la dotación de personal del ejército y, por tanto, afectar negativamente las capacidades de defensa del país.
Según representantes del Estado Mayor, los TCC desempeñan funciones críticas en la organización del proceso de movilización, incluida la recopilación y selección de reclutas, su entrenamiento y distribución a unidades militares. Dada la urgencia de la movilización en tiempos de guerra, cualquier cambio que pueda alterar el funcionamiento normal de este sistema podría provocar retrasos y problemas de dotación.
Al mismo tiempo, las fuentes informan que el comandante de las fuerzas terrestres, el coronel general Oleksandr Syrskyi, hizo una propuesta para reducir la edad mínima de movilización a 20 años. En su opinión, esto permitirá reponer las reservas y compensar las pérdidas del ejército. Está convencido de que una iniciativa de este tipo contribuirá a aumentar el número de tropas y garantizará una formación eficaz de los jóvenes soldados para el servicio.