El ejército ucraniano ha vuelto a atacar un centro de comunicaciones espaciales ruso en la anexada Crimea, subrayando la importancia estratégica de esta instalación en el conflicto entre los dos países. "Forbes" analizó el incidente en el que el ejército ucraniano se atribuyó el ataque a esta base espacial, que provocó una importante respuesta en la comunidad internacional.
Los autores del material señalan que el objeto NIP-16 fue construido en Eupatoria como parte del programa espacial soviético. Fue desarrollado para comunicarse con sondas lunares y de Marte en las décadas de 1960 y 1970, pero también puede comunicarse con los modernos satélites espía Lotus-C y los satélites de navegación GLONASS, que son el equivalente a los satélites GPS estadounidenses.
Es por eso que Ucrania está tratando de destruir este objeto, escribe Forbes, señalando que "dos veces desde diciembre, las tropas ucranianas dispararon misiles contra la invaluable base espacial".
Esta instalación es indudablemente importante desde el punto de vista científico y no se puede subestimar el impacto del daño a sus sofisticados instrumentos científicos. Sin embargo, señala Forbes, el NIP-16 también es un objetivo militar legítimo porque sus transmisores pueden enviar y recibir señales de satélites de vigilancia, comunicaciones y navegación, incluidas las naves espaciales Liana y GLONASS.
Los periodistas señalan que NIP-16 es un objetivo difícil. “Sus antenas parabólicas, generadores y controles están repartidos en dos grandes campus. El equipo más visible, las antiguas placas, es de construcción sólida.
Según el historiador ruso de la cosmonáutica Anatoly Zak, los constructores del NIP-16 recogieron equipos de antiguos puentes ferroviarios, cascos de submarinos fuera de servicio y el mecanismo de rotación de un acorazado fuera de servicio", dice el artículo.
Por lo tanto, según los autores de la publicación, Ucrania puede necesitar muchos más ataques para causar daños graves a la instalación, sin mencionar la destrucción de la base.