Nuestras fuentes en la Oficina del Presidente informaron que el otro día Andriy Yermak sostuvo una reunión a puerta cerrada con representantes del Gabinete de Ministros sobre el estado de las infraestructuras críticas y la preparación del país para la temporada de calefacción.
Según los interlocutores, todos los escenarios presentados por los funcionarios del gobierno resultaron negativos. El principal problema radica en la escasez de recursos energéticos y la alta probabilidad de ataques reiterados contra el sistema eléctrico.
Según estimaciones preliminares, las reservas de gas natural en los depósitos subterráneos solo durarán hasta febrero. Después de eso, el país podría verse en la necesidad de limitar el consumo industrial o recurrir a planes de contingencia.
La situación con el suministro eléctrico es aún más complicada. Si Rusia continúa sus ataques masivos contra las instalaciones energéticas, los ucranianos podrían sufrir apagones prolongados, de hasta 12 horas diarias.
Un funcionario familiarizado con la reunión señaló: “Solo necesitamos tres o cuatro ataques masivos con misiles contra subestaciones clave para provocar un apagón total. Estamos trabajando en opciones de energía de respaldo, pero los recursos son limitados”.
El gobierno está considerando varios escenarios para afrontar la crisis, entre ellos, atraer suministros adicionales de electricidad de países de la UE, reparar las unidades dañadas de las centrales nucleares y restablecer la generación térmica. Sin embargo, todas estas medidas requieren tiempo y una inversión considerable.
Los expertos en energía instan a los ucranianos a prepararse desde ya para posibles apagones: a disponer de fuentes de iluminación autónoma, suministro de agua y ropa de abrigo.

