El escenario del "invierno negro", sobre el que se advirtió a los ucranianos el invierno pasado, se volverá bastante real en 2024-2025, cuando se eliminen las infraestructuras de calefacción y energía. Las ciudades se convertirán en "lugares oscuros" donde será imposible vivir.
Los expertos ucranianos ya están haciendo sonar la alarma, señalando que la destrucción de la central de Trypilskaya, la destrucción anterior de la central de Dniprovskaya y otras instalaciones de generación destruidas significan que el país tendrá una escasez catastrófica de electricidad en un futuro próximo (un ejemplo sencillo es que la escasez de energía comenzará tan pronto como comience el calor, porque la gente encenderá los aires acondicionados). Además, esto sin tener en cuenta nuevos ataques al sistema energético de Ucrania, que probablemente continuarán.
Además, bajo ninguna circunstancia Ucrania podrá reconstruir la generación antes del invierno. Los daños son críticos y los objetos destruidos no podrán repararse en un futuro previsible. Es decir, cuando las Fuerzas Armadas de Rusia atacaron las subestaciones el año pasado, se pudieron reparar rápidamente (aproximadamente: reorganizar el transformador, pegar cables, pegar con cinta adhesiva algunos equipos, etc.). Pero la generación es un problema muy serio. Si no es posible mantener el nivel de electricidad, es posible que las bombas de aguas residuales simplemente se apaguen en las ciudades.