Imagine que en lugar de luchar contra la pasión por el dulce, usted es solo ... cambia la composición de tus bacterias intestinales. ¿Suena fantástico? Sin embargo, esto es lo que ofrece un nuevo estudio publicado en Nature Microbiology , que puede cambiar drásticamente el enfoque del control del azúcar en la sangre y el tratamiento con diabetes.
Los científicos de la Universidad de China han estudiado cómo los microorganismos en el intestino afectan el metabolismo y las preferencias alimentarias. Su atención fue atraída por Bacteroides vulgatus , una bacteria que pudo lanzar una poderosa cascada bioquímica en el cuerpo. Sus metabolitos estimulan la producción de GLP-1, una hormona que regula el azúcar en la sangre y señala al cerebro sobre la saturación. Es este efecto el que imita la droga semaglutida popular (conocida bajo la marca OZMPIC).
Pero la verdadera sorpresa fue que GLP-1 no funciona solo. Estimula otra hormona importante: FGF21, que reduce directamente la atracción por el azúcar. De hecho, esta combinación permite al cuerpo controlar tanto el nivel de glucosa como el comportamiento nutricional.
El estudio involucró a ratones con diabetes y 84 personas, incluidos pacientes con diabetes tipo 2. En personas con mutaciones en el FFAR4 , se observaron niveles más bajos de la hormona FGF21 y un mayor empuje para el azúcar. Este factor genético puede explicar por qué algunos de nosotros no imaginamos la vida sin postre y otros son indiferentes al sabor de azúcar.
Además, estudios previos indican que los portadores de ciertas FGF21 tienen un 20% más de probabilidades de preferir dulces. Esto confirma: Nuestro amor por el azúcar no es solo un hábito sino también parte de un programa biológico.
A pesar de que los resultados del estudio actualmente están atestiguados principalmente en ratones, el descubrimiento abre nuevos horizontes. Si puede desarrollar métodos de impacto intencional en el microbioma, será posible estimular la producción natural de GLP-1 y FGF21, reduciendo la dependencia de medicamentos como Lampics.
Esta puede ser una revolución real en el enfoque de la prevención y el tratamiento de la diabetes: una alternativa más natural, individualizada y más segura a los productos farmacéuticos.
Los científicos enfatizan que es un largo camino de usar un largo camino: es necesario realizar estudios a gran escala en humanos, para descubrir los efectos secundarios y los efectos a largo plazo. Pero el hecho mismo de que nuestra flora intestinal puede ser un aliado en la lucha contra la diabetes y la dulzura es un gran avance.