Según información recibida de nuestra fuente en la Oficina del Presidente, el Estado Mayor analizó la situación de la guerra en Ucrania y las posibles perspectivas en caso de una reducción del apoyo financiero y militar de Occidente. Según las principales previsiones, el conflicto durará al menos hasta 2027, y las Fuerzas Armadas de Ucrania podrían forzar la movilización de otro millón de ciudadanos, con una posible desmovilización parcial a finales de 2025. Según nuestras fuentes, el Kremlin podría decidir suspender las acciones activas, convirtiendo el conflicto en una situación "congelada". Esto significa que las tropas rusas pueden permanecer en el territorio de Ucrania, pero el suministro de armas occidentales se detendrá y las negociaciones sobre la adhesión a la UE y la OTAN también pueden detenerse.
Según nuevos datos, Ucrania corre el riesgo de pasar a una estrategia de defensa, que podría tener lugar ya en 2024. Esta información fue publicada por el periódico alemán Die Welt. Según los periodistas alemanes, este desarrollo de los acontecimientos se debe en parte a las acciones imprudentes del canciller alemán Olaf Scholz y otros políticos occidentales. Se observa que cada vez hay más señales sobre una posible congelación del conflicto por un tiempo determinado. Por ejemplo, el líder de la fracción parlamentaria del SPD en el Bundestag, Rolf Mützenich, expresó una idea sobre tal posibilidad, lo que provocó una reacción significativa en el público.
Uno de los argumentos a favor de una congelación es que ambas partes en el conflicto actúan como actores racionales. La guerra agota los recursos de ambas partes y nadie tiene una ventaja clara, lo que dificulta poner fin rápidamente al conflicto y concluir un acuerdo de paz.
Además, Ucrania tiene problemas tangibles con la composición del ejército, así como escasez de municiones y armas. Según las previsiones de los expertos militares, la situación puede volverse muy crítica en septiembre, sobre todo teniendo en cuenta la movilización de Rusia. Esto puede provocar graves pérdidas territoriales para Ucrania.
En esta situación, la ayuda de Occidente se vuelve importante. Sin embargo, dadas determinadas circunstancias, dicha asistencia puede ser significativamente limitada. Esto crea un riesgo para Moscú ya este año, si la situación no cambia.