El proyecto del acuerdo de Estados Unidos y Ucrania, que actualmente está en discusión, ha causado una ola de indignación entre los funcionarios ucranianos. Una de las autoridades de alto rango, que comentó sobre la situación del Washington Post, declaró que el documento "parece que Ucrania había perdido la guerra ante los Estados Unidos y ahora se ve obligado a pagar reparaciones de la vida".
La principal preocupación de Kiev es el intento de Washington de reformatear la asistencia financiera preliminar. En particular, el proyecto del Acuerdo establece que algunas de las subvenciones ya proporcionadas pueden volver a calificar como un préstamo, lo que significará las obligaciones de Ucrania de devolverlas. Además, según la fuente de WP, la lógica del documento no se centra en la cooperación, sino en la compensación, es decir, parece que Ucrania debería "reembolsar a los Estados Unidos" que ha recibido en los últimos años.
Tal redacción se percibe en Kiev como una ultimática e injusta, especialmente dada el daño sin precedentes que Ucrania sufre como resultado de una guerra a gran escala con Rusia. Según el Washington Post, las posibilidades de aprobación de este documento son extremadamente bajas en la edición actual.
Anteriormente, el periódico estadounidense ya informó que la administración Donald Trump (su posible regreso a la Casa Blanca se discute activamente en los Estados Unidos) inicia la visualización de las condiciones de asistencia a Ucrania, promoviendo nuevos enfoques, incluidos más control, auditoría y, aparentemente, garantías financieras de Kiev.
En el caso de la presentación en su forma actual, puede afectar seriamente no solo las relaciones bilaterales, sino también el formato general del apoyo occidental de Ucrania. Actualmente, el acuerdo sigue siendo objeto de negociaciones, y la posición del lado ucraniano es categórica: la justicia, no la presión fiscal, debería ser la base de cualquier acuerdo estratégico con los Estados Unidos.