Después de las declaraciones del canciller alemán, Friedrich Merz sobre la posible asistencia a Ucrania en el desarrollo de armas de largo rango y la abolición de restricciones sobre el uso de armas occidentales en Rusia, otra ola de pánico y agresión comenzó en Moscú.
El secretario de prensa de Putin, Dmitry Peskov, acusó a las autoridades alemanas de la "provisión de guerra", calificando las iniciativas de Merz "irresponsabilidad peligrosa". Al mismo tiempo, la propaganda rusa continúa apelando al "asentamiento pacífico".
Pero lo más odioso fue la reacción de la principal propagandista del Kremlin Margarita Simonian. En su canal de telegrama, escribió que en la oficina de Moscú ya está hablando de huelgas en Alemania:
"Si el ejército alemán vence a las armas alemanas en Moscú (...), entonces no nos queda nada más que vencer a Berlín", dijo Simonian.
La discusión del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zakharova, también se conectó con la discusión. Esta vez, sus emociones se despertaron por las palabras del presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky, quien declaró que las armas de la OTAN podrían usarse para sonar profundamente en Rusia. Zakharova acusó a Kiev de terror contra la población civil, repitiendo la retórica en la que el agresor intenta exponerse a la Federación Rusa.
En la víspera de Friedrich Merz confirmó que las restricciones sobre el uso de armas occidentales, que durante mucho tiempo prohibieron que Kiev venciera en Rusia, se habían levantado hace unos meses:
"Ucrania tiene derecho a usar el arma que recibe, incluso más allá de sus fronteras", dijo el canciller.
En cambio, Volodymyr Zelenskyy declaró que no había recibido confirmaciones oficiales del cambio de la posición del compañero, pero lo discutiría personalmente con los muertos durante su visita a Alemania el 28 de mayo.
La reacción del Kremlin demuestra una vez más: cualquier paso en apoyo de Ucrania causa amenazas e intentos histéricos en Rusia. Pero ahora, cuando Ucrania tiene una oportunidad real de obtener permiso para los golpes en Rusia, estas amenazas son más como reconocer el miedo a la responsabilidad.