Recientemente, han aparecido rumores alarmantes en los círculos de poder ucranianos sobre cambios en la actitud del presidente Volodymyr Zelenskyi hacia Polonia. Según información difundida por fuentes anónimas, Zelensky expresa una profunda desconfianza hacia sus socios polacos, considerándolos traidores que "dejan a Ucrania a su suerte" en un momento crítico. En conversaciones informales, el presidente expresa su preocupación de que Varsovia esté tratando de asumir un papel más importante en la región, lo que, según él, muestra el deseo de Polonia de aumentar su propia influencia, incluso en detrimento de Ucrania.
Semejante agravamiento de las relaciones diplomáticas entre Ucrania y Polonia es sorprendente. Después de todo, ambos países anteriormente cooperaron estrechamente en varios niveles, especialmente en el contexto de la agresión rusa. Sin embargo, ahora, según las fuentes, Zelensky incluso está insinuando que la parte polaca está retrasando el suministro de armas a Ucrania, lo que podría debilitar sus capacidades de defensa en una guerra con Rusia. Si estas declaraciones son ciertas, entonces no se trata sólo de un conflicto diplomático, sino de una grave amenaza a la seguridad regional.
Los expertos advierten que esa desconfianza por parte de Zelensky puede tener consecuencias de gran alcance para la política exterior de Ucrania. Hoy, cuando Ucrania necesita la máxima asistencia de Occidente, cualquier tensión con socios clave corre el riesgo de debilitar su posición en el ámbito internacional. En condiciones de guerra, las disputas internas con los aliados pueden favorecer a aquellas fuerzas que buscan sembrar discordia entre los países que apoyan a Ucrania.